Luis Enrique, de Tassotti a heredar el mando de Hierro
El nuevo seleccionador llega avalado por sus 9 títulos en el Barcelona y por su pasado como jugador de La Roja en la época de los 90'.
Tal día como hoy, un 9 de julio de 1994, la imagen de Luis Enrique sangrando por la nariz en el Mundial del 94’ marcó a toda una generación. Fue en el minuto 93 de los cuartos de final ante Italia. España buscaba forzar la prórroga tras el gol de Roberto Baggio en el 88’ (era el 2-1) cuando Mauro Tassotti evitó con un codazo el remate del entonces jugador del Real Madrid. No había VAR, eran otros tiempos. Aquel recuerdo representaba una injusticia, la de siempre contra España; pero también representaba un estilo: la España de la furia, la España de aquella generación que logró el Oro Olímpico en el 92’ y que pretendía comerse el mundo.
Veinticuatro años después, con una estrella encima del escudo, la Selección ha logrado ser dos veces campeona de Europa y una vez campeona del Mundo con un estilo reconocible: el tiki-taka. Una forma de juego con la que España asombró al mundo pero que, ahora, tras tocar fondo con el ‘caso Lopetegui’ y el decepcionante Mundial de Rusia, está más en duda que nunca. La solución de Luis Rubiales para reconducir a la mejor España de siempre, tras el servicio forzado de Fernando Hierro, es Luis Enrique (Gijón, 8 de mayo de 1970), que ya reconstruyó al Barcelona tras desvanecerse poco a poco en la era post Guardiola.
Como jugador lo ganó todo en el Real Madrid y el Barcelona excepto la Champions League, que luego ha conseguido como entrenador. Esta ha sido su época más laureada, tras pasar por Barcelona B, Roma y Celta, Luis Enrique se convirtió en técnico del Barcelona en el verano de 2014, para sustituir al Tata Martino. En tres años, consiguió 9 títulos de 13 posibles: dos Ligas, una Champions, tres Copas del Rey, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. 138 victorias, 22 empates y 21 derrotas en 181 partidos.
Lo dejó por agotamiento. Tras un año sabático, recuperando aire por los montes de Asturias, Luis Enrique (62 veces internacional) vuelve revitalizado para cumplir uno de sus sueños: ser seleccionador absoluto. Esta es su gran oportunidad, pero no lo tendrá fácil. Hereda una Selección rota, con un presidente nuevo, con un cambio generacional tras el adiós confirmado de Iniesta y los posibles de David Silva y Gerard Piqué. Con un clima de crítica constante, con dudas en la portería, en la delantera… con la sensación latente de haber retrocedidos décadas hasta llegar otra vez a aquella imagen de la España que se desangraba por la cara del propio Luis Enrique. Posiblemente, nadie mejor que él para no repetir errores y devolver el prestigio a la Selección.