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MUNDIAL DE RUSIA

La carrera por el espacio: el otro gran orgullo ruso en el Mundial

La astronáutica ha fascinado a los hinchas en Rusia. Gagarin, Tereshkova y Laika, pioneros y emblemas. “Vienen casi 300.000 visitantes al año”.

Actualizado a
Francisco y Alejandro, ataviados con las camisetas de Iniesta y Asensio, miran con fascinación un cohete y una nave, dos de las joyas del Museo de la Cosmonáutica.

EI Mundial está sirviendo para que Rusia traslade al exterior una imagen de desarrollo y bienestar. Los millones de seguidores que han venido de todos los países lo han podido comprobar de primera mano. No ha habido incidentes. Todo ha salido a la perfección. Es más, los extranjeros están pudiendo conocer entresijos del pasado ruso que les eran misteriosos. Por ejemplo, el de la carrera espacial.

Los asuntos astronáuticos suelen despertar un interés alto y el Mundial está consiguiendo responder muchas de las preguntas. En Moscú, en el Museo y Memorial de la Cosmonáutica, se disipan todas. Grupos de españoles, mexicanos, argentinos e ingleses se pasean a diario descubriendo un mundo desconocido.

“Nos encanta la temática”, cuentan Francisco y Alejandro, padre e hijo que observan cohetes y naves expuestos con sus camisetas de Iniesta y Asensio. “Deberíamos estar en Sochi animando a la Selección, pero cambiamos los billetes en cuanto España cayó eliminada. Ya estuvimos en el museo de la NASA el año pasado. Este de Moscú es el otro que nos faltaba por ver”.

Hay varios protagonistas de la carrera por el espacio que son auténticos iconos en Rusia. Yuri Gagarin, por supuesto, conocido por ser el primer ser humano en viajar al espacio exterior. Lo hizo a bordo de la nave Vostok 1. En la muestra hay grandes referencias a él. También Valentina Tereshkova, la primera mujer, que cuenta con su apartado. Incluso la perra Laika, primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra. También hay una parte de la exposición exclusivamente sobre ella.

Todos estos hitos son exhibidos a los visitantes aprovechando el Mundial. Además se exponen trajes espaciales, rocas lunares, piezas de cohetes y satélites, fotos, vídeos y grabaciones de voz realizadas durante las travesías.

“Es fantástico comprobar la importancia de los rusos en este ámbito, especialmente durante la Guerra Fría”, explica Rodolfo, uno de los cuatro argentinos que, venidos desde Santiago del Estero, han tenido que empaparse de asuntos como el del espacio ante la falta de alegrías que les dio su selección.

El museo se inauguró en 1981, coincidiendo con el 20 aniversario de del primer viaje orbital de Gagarin. Desde entonces, alrededor de 300.000 personas lo visitan cada año. “Gracias al Mundial debemos estar ya en torno a esa cifra, y queda aún casi medio año”, se alegra una de las encargadas. Mientras, en la larga cola para entrar, se afanan aficionados con sus camisetas de selecciones, casi todas eliminadas ya del Mundial, pero con cosas por descubrir en Rusia. La astronáutica, por ejemplo.