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ATLÉTICO DE MADRID

El Calderón empezó a repartir sus asientos entre los abonados

Este lunes comenzó la entrega de las butacas del estadio y se vieron colas junto la Oficina del Socio del Atlético. Mucha morriña, se acerca el adiós definitivo a la vieja casa rojiblanca.

El Atlético entrega butacas en el Vicente Calderón
ATLÉTICO DE MADRID

Como en cualquier mudanza doméstica, por la puerta salían cajas y cajas: atléticos con una, con dos, familias con cuatro, cinco... El Vicente Calderón ya dijo adiós, pero da otro paso más hacia su despedida definitiva de la afición. Este lunes comenzó la entrega de los asientos del estadio a sus abonados y desde antes de las 12:00, hora de apertura, ya había cola junto a la Oficina del Socio, donde hasta el día 25 y fijando cita previa (lunes a viernes de 12:00 a 20:00; y sábados de 10:00 a 14:00) se podrán recoger las butacas ya solicitadas.

“Paseo de los Meláncolicos, Manzanares, cuánto te quiero…”. “Yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón…”. Los asientos fueron retirados y etiquetados por los operarios del club y van embalados en cajas negras, con esas dos míticas frases en los laterales, además de una carta de despedida y de agradecimiento del club hacia sus aficionados: “Por tu fidelidad queremos que una parte de su legado permanezca contigo”. Y dentro, el Certificado de Autenticidad: "Este documento certifica que la butaca del estadio Vicente Calderón incluida en esta caja es 100% auténtica".

Aunque no hubiera partido, para muchos aficionados era el ritual era casi idéntico. Por eso se ven muchas camisetas del Atlético por los aledaños. Al Calderón, de rojo y blanco. “Aún no sé dónde lo voy a poner, pero me hace mucha ilusión tener una parte del estadio en casa”, celebra con su asiento azul Pablo, abonado desde los años de Segunda. Ricardo lo tiene más claro: “Con esto me hago un banquillo para el pueblo”. Él sale, ayudado por su hija, con sus tres cajas negras directo al maletero.

La oficina del Socio del Atlético, llena de cajas con butacas.
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La oficina del Socio del Atlético, llena de cajas con butacas.

En la cola se respira cierta morriña. Aficionados que llevaban más de un año sin acercarse al estadio y que, de alguna manera, pensaban que no lo harían ya. “Ya nos hemos ido haciendo a la idea, pero es que ya sí que sí que se acaba esto…”. Y no falta quien lo echa mucho de menos: “Estará más viejo, pero a mí me sigue gustando más que el nuevo”.

Y tras la recogida, otro ritual: el posado con la butaca junto al estadio. Cajas abiertas, posado con la butaca (roja, blanca o azul) y foto para el recuerdo. El adiós a la vieja casa se estira, pero para miles de aficionados va a ser ya el definitivo, aunque con un trocito en su poder…