El Córdoba va a depender de sí mismo en la última jornada para salvarse y eso, tras siete meses en puestos de descenso, es una bendición. Ayer ganó gracias a un enorme Aythami, que dio un gol y marcó el otro en el 89', pese a que no fue el mejor partido a nivel colectivo. El Reus, que mereció al menos el empate, se despidió del Municipal con buenas sensaciones en el césped pero con un mal resultado.
La primera parte la dominó enteramente el Reus, pero el Córdoba se fue ganando al descanso. Los visitantes no hicieron un buen partido, tampoco sufrieron más allá de dos disparos de Juan Domínguez, y acertaron la más clara: Quintanilla remató desde dentro del área un centro lateral de Aythami tras una excelente jugada del central. El Córdoba se encontró probablemente con más premio del que mereció y decidió dar un paso atrás. No sufrió hasta el descanso, pero un error les condenó. Atienza remató de cabeza una falta libre de marca y empató el encuentro. A partir de ahí pudo pasar cualquier cosa.
Los cambios hicieron efecto en ambos equipos, revolucionando el choque, convertido en un partido de ida y vuelta en el que pudo ganar cualquiera. Primero la tuvo el Reus, bastante clara, pero después Jovanovic envió por encima del larguero una ocasión magnífica para volver a adelantar al Córdoba. Pero fue Aythami, el héroe ayer, quien remató con el muslo un balón servido desde el córner en el 89'. La euforia cordobesa, más que justificada.