Kiev le ofrece al Madrid la redención y la gloria
Busca la Decimotercera ante un Liverpool relanzado por Klopp y por el huracán Salah. Bale o Benzema, unica duda de Zinedine Zidane.
Redención, consuelo e ilusión son las medallas que espera el Madrid colgarse en esta Champions, competición que, como en otras cinco ocasiones a lo largo de la historia, le sirve a un tiempo de puerta de emergencia y de puerta grande (sigue el partido en directo en As.com). Será una final de aire tradicional, entre dos multicampeones (doce títulos del Madrid y cinco del Liverpool), y sobre la que se presume mucha acción. “He visto muchos partidos en mi vida y en algunos no he podido evitar dormirme. A veces me he preguntado cómo dos equipos pueden hacer algo así ante 80.000 personas. La gente pide emociones y tú no puedes darle ajedrez”, ha comentado en alguna ocasión Jürgen Klopp, que ha hecho del Liverpool un equipo de autor.
No se ha quedado en la retórica. Su equipo ha metido 40 goles en esta Champions, 29 de ellos atribuibles a su tridente ofensivo: Salah (10), Firmino (10) y Mané (9). El Madrid, segundo en este capítulo, se ha quedado en 30, de los que la mitad corresponden a Cristiano. Unos registros que definen bien a Klopp, que pudo ser médico en lugar de futbolista (”Fue magnífico para la gente que no cayera un bisturí en mis manos”) y al le gusta autodenominarse ‘The Normal One’.
Klopp, que jugó doce años en el Mainz, siempre se vio como un entrenador. “Tenía la habilidad de un jugador de Quinta División y el cerebro de uno de Primera. Así que quedó un jugador de Segunda”. “Si quisiera ser presidente de Alemania, lo elegirían. Es capaz de hacer feliz a mucha gente”, escribió de él el periodista germano Martin Quast. “Lo malo de ser Merkel es que sólo tienes quince días de vacaciones al año y con la Prensa encima”, dice Klopp con simpatía contagiosa. Fue el propio Klopp quien armó el equipo y quien recomendó el fichaje de Salah: “Me gusta hablar con un futbolista antes de contratarle porque tengo un sentido especial para conocer a la gente. Con él la charla fue fantástica. Duró tres horas y no paramos de reírnos. Es más maduro de lo que dice su pasaporte”. El egipcio ha metido 44 goles esta temporada. En ninguna de las campañas anteriores había pasado de 19. Lo mismo le ha ocurrido con Lovren, centro de críticas hasta su llegada: “Claro que cometió errores, pero siempre le dije que si tuviera la posibilidad de crear genéticamente a un central lo elegiría a él”.
El Vollgasfussball
Klopp ha trasplantado con éxito al Liverpool el Vollgasfussball con el que triunfó en Alemania, una alegre mezcla de agresividad, presión elevada y transiciones a la velocidad de la luz, con Salah y Mané como galgos y Firmino como creador de espacios. Un equipo que ataca por tierra mar y aire: es el primero en goles marcados con la izquierda (15), con la derecha (19) y desde fuera del área (6) y el segundo en tantos de cabeza (5). Sale a 3,3 por partido en la competición. Un equipo que sólo ha perdido ocho partidos este curso y que ha devuelto la ilusión a un hinchada acostumbrada a la decepción: la Premier nació en el 92 y el Liverpool no ha ganado ninguna y su última Champions data de 2005.
Pero por detrás de su tridente el Madrid es capaz de levantarle las faldas. Sus laterales son inexpertos y concentra sus bajas en el centro del campo. Oxlade-Chamberlain se rompió el cruzado y Emre Can y Lallana apenas han podido jugar desde marzo. También Milner, baja en el último duelo liguero, aterriza muy justo.
El Madrid, en cambio, llega limpio de lesiones y con una sola duda: Bale o Benzema. Ahora es la b o b más C. El galés ofrece más gol (19 frente a 11) y mejor momento de forma (cinco tantos desde abril). Benzema ofrece la propiedad asociativa y mejores dotes como asistente. El ensayo ante el Villarreal, en el que se probaron con éxito Carvajal y Cristiano, da más opciones a Bale, suplente en Cardiff.
La estadística dice que un partido largo le conviene más al Madrid. El ataque del Liverpool decae un 30% tras el descanso y el de los blancos crece un 20%. También la experiencia es madridista. En las últimas tres finales, el Madrid ha disparado a puerta 20, 25 y 18 veces, respectivamente, bastante por encima de su media, lo que revela el carácter del equipo a la hora de la verdad y también su adicción a un torneo que nadie entiende como él.