Buffon se va a lo grande
Tras 17 años, 656 partidos y 19 títulos (récord) como auténtico ídolo en Turín, la larga historia del portero italiano ha acabado con final feliz.
El Juventus-Verona de este sábado, más que por celebrar el cuarto doblete seguido de la Vecchia Signora, servía para decirle adiós a una de las leyendas más grandes y admiradas que tuvo el equipo de Turín. El 2-1, que le hace cerrar la liga al equipo de Allegri con 95 puntos, fue un detalle.
Desde el minuto 1 al 90, los tifosi no dejaron de corear el nombre de Gigi, que, como muchos aficionados, no supo, ni pudo, ni quiso esconder sus lágrimas. Hasta un sargento como Allegri lagrimeó un poco cuando, en el 64', sustituyó al portero por su tercero, Pinsoglio. El partido se detuvo durante unos cinco minutos y Buffon recibió el merecido aplauso de sus compañeros (que le hicieron pasillo), de los rivales y de los tifosi. Luego, le dio la vuelta al estadio intentando regalar un apretón de mano al mayor número de hincha posible.
La Vecchia Signora, además, se despedía también de Asamoah y Lichtsteiner, que tuvo la ocasión de irse con un gol, pero la desperdició fallando un penalti, y abandonó el campo a instantes del pitido final, sin ser sustituido, para llevarse su ovación. El partido era lo de menos: Dybala en la primera mitad golpeó el travesaño con una suave vaselina, Rugani y Pjanic (de falta) firmaron los goles del triunfo, el exatlético Cerci marcó el del honor para el conjunto de Pecchia, ya descendido. Luego empezó la fiesta (con autobús descubierto por primera vez desde 2014), deseada y sufrida tras la larguísima batalla con el Nápoles, aunque más triste que las de los últimos años. La última de Gigi.