Griezmann vuelve a Lyon para cerrar el círculo
Nacido a apenas 70 kilómetros del lugar de la final, marcó allí su primer gol en Europa y espera conseguir allí su primer título continental.
De Gerland al Parc OL. A Griezmann le gustaría que fuera precisamente en Lyon donde celebre el primer título europeo de su carrera profesional, justamente donde festejó su primer gol continental, el que le presentó ante los ojos de sus compatriotas y borró definitivamente la mala imagen que se granjeó tras una escapada durante una concentración con la selección Sub-21. El 20 de agosto de 2013 Griezmann lo cambió todo. El joven de Maçon había llegado a los 13 años a la Real, después de que el Lyon, de cuyos partidos era asiduo para pedirle autógrafos a Sonny Anderson y a Juninho Pernambucano, no hubiera creído en él. Tras su llegada a San Sebastián apenas se sabía de él en Francia, al margen de estar en la selección Sub-19 que había ganado la Eurocopa de la categoría. Hasta esa tarde en Gerland, el antiguo estadio del Lyon. La Real jugaba la ida de la previa de la Champions contra el equipo de su amigo Lacazette y Griezmann abrió el marcador con una chilena que dio la vuelta al mundo. Los txuri-urdin se llevaron a Anoeta un 0-2 que hicieron valer con otro 2-0, ambos de Vela, el primero a pase de Griezmann, para meterse en la fase de grupos de la Champions. Palabras mayores. “Ese partido en Gerland cambió la percepción que la gente tenía de mí”, afirma siempre Griezmann.
Griezmann quiere coronarse
El ahora colchonero había vivido su infancia en las gradas de Gerland y aquel día con sus padres en el estadio llegó a la mayoría de edad deportiva. Ese gol, que le puso en órbita, liquidó el estigma de díscolo que le había dejado la sanción impuesta por su federación por un escarceo nocturno casi un año antes. Y no habrá nada más especial para él que conseguir su primer título europeo, el que se le resiste, también cerca de casa. Maçon, su pueblo, está apenas a 70 kilómetros de Lyon y quiere borrar allí el sinsabor que le dejó la final de Milán, donde falló un penalti que pudo cambiarlo todo. Semanas después, tras realizar una buena fase final con Francia, tampoco pudo levantar la Eurocopa. Se quedó en París con la miel en los labios, cayendo ante Portugal en la final. Quiere coronarse con el Atlético y cerrar un círculo a la espera de conocer su futuro. Explicó que quiere dejarlo decidido antes del Mundial de Rusia. En el Atlético son todo oídos, es él el que debe decantarse.
