Sergio Sánchez: "¿Gallego? Que siga él u otro con su misma idea"
El central quiere "seguir aquí más años" pero no planteará sus asuntos personales hasta que acabe la Liga. Dejó entrever que pasó al ostracismo por no querer ser lateral.
Sergio Sánchez vivió en el ostracismo con Quique Sánchez Flores, y ahora con David Gallego espera tener alguna oportunidad en las tres jornadas que restan de campeonato. El central aguarda al menos despedir su segunda etapa del Espanyol en el campo. "El año es el año, y solo quedan tres jornadas. Para los que tuvimos un año difícil se agradece irs al verano con otra cara. Llevo tiempo sin competir y sin ritmo, pero me gustaría jugar unos minutos. Fue un año difícil y duro", comentó el central.
Estos tres encuentros con David Gallego, un técnico que le seduce ("me gusta lo que propone y cómo lo traslada. Sería importante que siguiera él o alguien que venga con su misma idea de fútbol"), son importantes para convencer a los aficionados a seguir en la religión perica. "La afición se manifiesta y nunca nos abandona. Sí que existe nuestro enfado por no haberle dado algo más para mantener el vínculo. Queremos acabar la Liga con buena sintonía con la afición, es una prioridad", aseguró.
Sobre su situación personal con Quique Sánchez Flores, el jugador no quiso profundizar ("no debo y no quiero"), aunque dejó entrever que no quiso ser lateral y por eso pasó al ostracismo. "Un técnico maneja 25 situaciones diferentes y es muy difícil acertar en todas. Soy una persona franca. Él tomó la mejor para el equipo a su entender, y debía respetarlo y trabajar. No pudo ser. A Quique le deseo lo mejor. Vino en un momento difícil y logró una octava plaza. Quiero darle las gracias". Incluso comentó que el vestuario no se rebeló en ningún momento. "Nadie se giró en su contra. Se trabajó como el quería. Para gustos, los colores. El grupo nunca se rebeló, nunca le plantó cara. Él supo mantener al equipo fuerte mentalmente. Su gestión a nivel grupal fue buena. Mantuvo al bloque junto e intentó hacer cenas para potenciar el ánimo".
El futbolista, que volvió a repetir que "volvería a venir aquí cien veces", encontró motivación a entrenarse cada día en sus allegados y en su amor por el Espanyol. "Me motivaba gente que sigue en el club en el día a día que me conoce desde que tengo 11 o 12 años. Muchos de ellos querían que estuviera, que formara parte del club… Hay un lado no tan positivo, pero los otros 20 sí que lo son. Así tuve ganas de disfrutar de mi profesión, tener a la familia, sentir el calor de la gente, jugador con amigos, recibir mensajes de amigos que ahora ya son padres…".
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