Campeón de campeones
De una tacada, el Madrid se ha llevado por delante a PSG y Juve, y ha ganado la ida con el Bayern, conquistando en su avance tres estadios complicadísimos.
Sigue el Madrid de Zidane a piñón fijo con lo suyo, conquistar Europa, se diría que sin pensar detenidamente en las circunstancias desfavorables que amenazan su misión: con una normalidad funcionarial, llega al estadio, escucha reguetón y flamenco mientras se viste de gala, salta al campo, siente el himno de la Champions, su himno, juega y gana. Como si no importara la dificultad que rodea a cada partido, la secuencia se ha convertido en norma desde la llegada de ZZ, el jefe de un grupo que esta temporada ya ha podido con los campeones de Francia, Italia y Alemania.
Su primera víctima fue el PSG, que tras el sorteo de octavos, en atrevido desafío a la historia, fue considerado favorito. El paso de los días fue estrechando la distancia entre los dos equipos, que sin embargo acabaron igual de alejados aunque en posiciones opuestas a cuando quedaron emparejados: el global de 5-2 justificó la etiqueta de cada uno, eterno campeón y eterno aspirante. Corrió el turno y apareció la Juventus, un antiguo ogro al que el Madrid sometió primero, en una exhibición que recordó a la de Cardiff, y sufrió en el Bernabéu. Los blancos transitaron entre el júbilo y el pánico, pero acabaron celebrando otra semifinal. Ahora, en la antesala de Kiev, ha entrado en escena el Bayern, otra vieja bestia negra. Como pasó las últimas dos veces, este miércoles el Madrid volvió a helar el infierno que años antes acomplejó a tantas generaciones de madridistas. Lo hizo, con la incredulidad correspondiente, casi sin merecerlo, sobreviviendo al chaparrón de méritos de los de Heynckes, a los que les faltó lo que sí tuvieron los de ZZ, puntería y fortuna.
Un Madrid de grandes plazas
En todas estas conquistas destaca un denominador común, la grandeza con la que el Madrid se ha manejado en el Parque de los Príncipes, el Juventus Stadium y el Allianz Arena, tres de las trampas más peligrosas que esconde la Champions. Y eso que antes de su visita a París el PSG no sabía lo que era perder en casa esta temporada (de hecho, no había caído desde el 20 de marzo de 2016). Y eso que antes de su visita a Turín la Juve sólo había perdido uno de sus últimos 74 encuentros en casa, contando desde el 10 de abril de 2013. Y eso que antes de su visita a Múnich el Bayern tampoco sabía lo que era perder en casa esta temporada (de hecho, no había caído desde el 26 de abril de 2017). A este Madrid, campeón de campeones, tampoco le arrugan los grandes escenarios.
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