Zidane ocupa un lugar destacado en el museo de la Juve como uno de los ganadores del Balón de Oro con los bianconeri: Sívori (1961), Rossi (1982), Platini (1983, 84 y 85), Baggio (1993) el propio Zidane (1998, más por el Mundial con Francia, dado que perdió la final de Champions ante el Real Madrid), Nedved (2003) y Cannavaro (2006).
Impresa en la pared hay una bonita frase que Bearzot dijo de él: “Maneja el balón con una gracia absoluta. Es bellísimo observar sus pases, ver cómo hace todo en el campo. Por la imprevisibilidad de sus movimientos me recuerda al vuelo de una mariposa”.
Pero Zidane no sólo dejó huella en la capital del Piamonte por su calidad futbolística sino por su faceta humana. En una reciente entrevista en Tuttosport Zidane explicó cómo se mezclaba con los tifosi: “No es una leyenda, la historia de que jugábamos con la gente en la calle es real. Davids estaba loco por esas cosas, se paraba por la calle y jugaba con la gente. Siempre me decía: ‘Es por ellos por los que tenemos que jugar, estos son los grandes partidos’. Nos vestíamos con otras ropas para que no nos conocieran. Aunque teníamos miedo de lesionarnos…”. Zidane jugó 212 partidos con la Juve, marcó 31 goles y dio 55 asistencias. Con el Madrid disputó 227 (49 goles y 63 asistencias). Mañana será, sin duda, el hombre de la eliminatoria.