La Cultural se hunde a los pies de Borja Iglesias
Los de la Barrera suman su segunda derrota casera consecutiva y la cuarta jornada sin marcar, lo que les complica la permanencia.
Una carrera de Borja Iglesias a la espalda del habitual flanco débil de la defensa de la Cultural catapulta al Zaragoza y hunde a su rival ahora que el Reino ha perdido el efecto fortín. El punta gallego buscó el duelo con Iza para aprovechar una pelota en largo, plantarse ante la portería y, sin necesidad de conectar un remate limpio, poner el balón camino del gol. Entre el poste y David García hicieron el resto en otra desgraciada acción del cuadro leonés en cuyo once apareció por sorpresa Antonio Martínez cinco meses de su última titularidad. Enfrente, Ros tomó el testigo de Eguaras.
Cuando los espectadores tomaban asiento, Pombo encaró a Palatsí, que evitó el primer golpe al mentón. Había asistido Borja, el chico para todo, que en su portería también apareció para rechazar uno de los escasos remates en los numerosos centros al área de la Cultural, que agotó su plan cuando Cristian rechazó el disparo cercano de Antonio Martínez.
Un día más a contracorriente, los blancos trazaron el camino de Señé entre al rombo para seguir amenazando, pero sus opciones tuvieron relación con la pelota parada. El catalán y Zuiverloon rozaron el tanto, pero sus remates fueron despejados en las proximidades del gol.
Mientras Borja esperaba una contra para la sentencia, Buendía asistió para que Rodri, más pendiente de esperar que de chutar, cayera tocado por su par. Milla Alvendiz no atendió la petición popular e instantes después, Papu fue arrollado por Zuiverloon en la misma jugada en la que Delmás se plantó ante el meta, que desvió con el pie. Tras ser aplicada la ventaja, el zaguero holandés vio la segunda tarjeta amarilla.
Con todo en contra, la Cultural fió su suerte a un instante que volteara el panorama. Ocurrió en el tramo final cuando Grippo fue expulsado por una falta en la frontal que Buendía dilapidó. A pesar de las lesiones de Buff y Benito, el cuadro maño achicó, Zapater y los centrales se agigantaron y dejaron a los puntas leoneses con el contador de remates a cero y con el infierno ardiendo a orillas del Bernesga.