El Athletic se arruga y el Celta empata en el descuento
Con el 1-0 tras un buen partido, los leones volvieron a temblar y cedieron el balón en la media hora final. Debut goleador de Núñez y Brais.
En el tiempo suplementario, con el Athletic replegado frotándose las manos por tres puntos que ya los veía en el bolsillo, el Celta fue capaz de alimentar el sueño casi perdido de Europa. Los cambios modificaron el panorama y el cuadro olívico tuvo en su mano la victoria: un zapatazo de Mallo desde unos 25 metros obligó al lucimiento de Arrizabalaga, que la rozó y le ayudó el poste. El equipo de Unzué dejó lo mejor para el final. Dos minutos después del empate a uno (fraguado en el descuento), un balón raso centrado por Brais dio en la mano de Núñez en el área y posteriormente se eliminó un tanto al Tucu Hernández por fuera de juego. Fue un partido de estrenos: primer tanto en la élite de Núñez (21 años) en su partido 29 arriba y de Brais Méndez (20 años) tras 17 tardes.
Con el 1-0 el Athletic no supo controlar el encuentro y menos, cerrarlo. Se fue replegando, arrugadito como otras veces con una ventaja, incapaz de defender con el balón, y echó por la borda lo bien que había actuado hasta el sorbo final. Pues sí, porque tras cada parón parece que asoma otro Athletic. Ocho victorias y un empate llevaba hasta hoy el equipo en cada frenazo de la competición. Un botín al que hay que sumar otro punto. ¿Casualidad? Un patrón demasiadas veces repetido. Hasta parecen asomar huellas de gente de la reserva, de esa que ha viajado en vagones de segunda este curso, como un San José que sudó de lo lindo ante el Celta. San Mamés casi da el año por ventilado y ya no está por la labor de llevarse berrinches. Así que se acomoda y trata de disfrutar del paisaje. ¿Y los vigueses? Pues hasta el arreón final fueron una cosa deslucida, con cierto dominio infructuoso y sin explotar ese hombre de moda que es Iago Aspas.
El Athletic fue durante una hora larga un equipo feliz y generoso, emborronado por la palidez final. Y eso que por cuarta jornada seguida no salió de inicio Aduriz. San José-Iturraspe, una pareja que no acababa de casar esta temporada, se complementaron con enorme colmillo. El navarro de inicio pisó el balcón del área contraria e Itu cogió al fin los galones. El partido fue agitado por Williams, protagonista en todo lo que pasó en fase ofensiva. No le pitaron un penalti claro (hasta vio tarjeta por creer que hacía teatro) y tanto por el centro como cayendo a bandas, fue una pesadilla para la zaga celeste. No obstante, sigue ofuscado en el remate. Un gran centro de Balenziaga en el minuto 33 le dejó un balón franco, que no supo embocar de cabeza.
Córdoba también apoyó esa electricidad ofensiva rojiblanca. Había cierta delicia en medio campo, pero a ambos equipos les faltaba mucha voracidad en el área. El balón parado podía resolver ese inconveniente. Y lo demostró el Athletic en el minuto 55, con un gran saque de esquina de Susaeta, que entendió Raúl García yendo al primer palo; su testarazo dio en el poste y ante un defensa contemplativa, Núñez recogió el rechace en el área y tuvo tiempo para controlar y marcar su primer gol en la élite. Era el día de Muniain, citado tras medio año de lesión y ovacionado al salir a calentar en el minuto 37. Pero no hubo opción de meterle porque el último cambio se lo reservó un Balenziaga que sintió algún calambre. El Celta mordió un poco más en los minutos finales, aunque sigue muy vaporoso en las áreas y a domicilio. Le defendieron bien los balones aéreos. Brais emuló a Núñez para el bautismo goleador y los cambios obraron el milagro (cero aportación local de la reserva, mucho de la rama visitante), fue una mutación completa. Europa aún es un hueso que puede roer el equipo vigués. Para el Athletic es una quimera aún mayor.
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