Los hinchas de Olympiacos paralizan el centro del Pireo
Unos 200 seguidores se enfrentaron a la Policía griega al intentar bloquear un hotel en el que el ministro de Finanzas pronunciaba un discurso.
Los manifestantes se encuentran a unos cientos de metros del hotel donde tiene lugar un acto para afiliados a Syriza, el partido que se encuentra en el Gobierno griego desde 2015, y han prendido fuego a varios contenedores de basura y otros objetos para crear barricadas e impedir el acceso a la zona. Algunos hinchas gritaban consignas como "al Estado no lo representa el primer ministro, el Olympiacos es el Estado".
Varias calles del centro de Pireo han quedado bloqueadas y los manifestantes han lanzado piedras a los policías, que han respondido lanzando granadas aturdidoras y gas lacrimógeno. Un par de horas más tarde la situación se calmó y no hubo detenidos ni heridos confirmados por las autoridades. El pasado lunes el tribunal disciplinario de la Federación de Fútbol confirmó en segunda instancia la retirada de tres puntos y la multa de 90.000 euros al club pireota por la invasión del campo de sus hinchas durante el partido en casa contra el AEK de Atenas.
Evangelos Marinakis, propietario de los clubes Olympiacos y Nottingham Forest, está siendo investigado por supuestos delitos de "posesión y tráfico de drogas" y pertenencia "a una banda organizada". La fiscal del Pireo pidió la semana pasada que se investigue la implicación de Marinakis en la red descubierta el pasado junio cuando las autoridades interceptaron el buque petrolero "Noor uno" trasladando dos toneladas de heroína. La operación se saldó entonces con catorce detenciones y algunos de los condenados eran colaboradores del magnate, un influyente empresario del sector naviero que ha negado firmemente las acusaciones.
De hecho, Marinakis ha calificado esta investigación como una "conspiración gubernamental" en su contra. Ayer el ministro de Deportes, Yorgos Vassiliadis, anunció la reanudación de la Superliga griega, que había estado suspendida durante tres semanas por varios incidentes violentos, el último de ellos la invasión del campo de juego del presidente del PAOK, Ivan Savvidis, armado con una pistola.