"No hay calidad para exigir más..."

El que fuera portero de la Unión Deportiva en sus inicios, Sebastián Grisaleña, tiene claro que “la ilusión es lo último que se debe perder, pero la realidad nos hace pensar que la situación es mucho más complicada de lo que nos creemos”, aseguró.

Entiende que “los deberes se hicieron rematadamente mal desde hace un año. Desde el principio de esta temporada ninguno podíamos pensar que íbamos a ver la situación que hemos vivido y seguimos sufriendo; es algo que no puedo entender. El equipo funcionaba a las mil maravillas en la mejor Liga del mundo, pero muchas cosas han fallado posteriormente con una gestión y planificación pésimas. Hay que buscar a los culpables de tanto desatino porque tener cinco entrenadores, sin contar con el italiano De Zerbis y el argentino Almirón, que al final no vinieron, no es nada normal”.

Y profundizó en materia de fichajes porque a su entender “alguien en su sano juicio puede pensar en las posibilidades de un proyecto que pueda tener continuidad y pueda salir adelante firmando a 18 jugadores unas misma temporada. Eso es simplemente inadmisible porque encima ninguno de los que vino en el mercado invernal ha sido un revulsivo real. Lo que son las cosas: hace un año se hablaba de las posibilidades reales de ir a la selección de Viera y Roque y ahora mira donde estamos, pensando en nuestras remotas posibilidades de salvarnos”.

Cree que se descienda o no “alguien tendrá que ser el responsable de este desaguisado porque es una detrás de otra. Nadie fuera de Gran Canaria es capaz de entender lo que se ha hecho; es imposible hacer las cosas peor con un presupuesto tan alto”.

Para él la actual ha sido una campaña “altamente decepcionante y francamente negativa”, y aunque “tengo amigos en el club y a uno le duele hablar así, pero no nos merecemos tanta mala imagen como la que se está dando”, lamentó. Visto lo visto “es preferible fichar a cuatro buenos que a tantos ‘normales’ tirando para flojos. Los buenos pueden salir caros pero a la larga te pueden salir baratos, pero si pretendemos milagros fichando a cerca de 20 es más complicado que te salgan buenos”.

Realmente “llevamos muchos meses sufriendo, pero a parte de los sentimientos personales de cada uno de nosotros perdemos mucho a nivel de imagen de la isla porque salimos en los medios de comunicación de medio mundo y en lo económico por lo mucho que pierde en ingresos del equipo. Con un descenso dejaremos de estar en primer línea y eso no tiene precio como publicidad. No podemos permitirnos bajar de esta manera tan triste y fácil con lo que nos ha costado poder ascender, pero cuando las cosas se hacen tan rematadamente mal es normal que pase lo que ha pasado”.

Lo que le ha sorprendido es que el equipo “se estaba jugando la vida y uno no puede comprender que lo hicieran tan mal ante Villarreal y ves que ante el Deportivo falta ambición para ir a por la victoria. Lo que es evidente es que no hay calidad para exigir mucho más y ha quedado demostrado en los refuerzos, que no han estado altura lo que los aficionados nos merecemos”.

“Soy sincero, aunque me gustaría decir lo contrario, pero las posibilidades de salvación son realmente remotas”, continuó. El club “no lleva una línea ascendente y aunque ahora todo es coraje y voluntad, la imagen mostrada en los partidos es mediocre tirando a malos y por eso las perspectivas son casi nulas. Ojalá me equivoque, pero si nos escapamos sería un milagro porque no se está jugando bien y se generan pocas ocasiones de gol. Está muy difícil, cierto, pero esto es fútbol y ojalá los que no somos optimistas nos equivoquemos”.

Los dos próximos partidos ante el Real Madrid y Levante “serán vitales” puesto que “vencer al Madrid todos sabemos la complejidad que ello conlleva” y ante los valencianos “será un gran final y me da igual el resultado mientras ganemos; el gol average es un problema añadido, cierto, pero si les lográramos empatar a puntos sería un gran paso adelante. Ojalá se pudiera cumplir esa posibilidad, pero, sinceramente, es casi imposible tal y como estamos jugando. Ganar es complicado, y hacerlo por tres goles para encima superarles en el average es imposible por mucha voluntad que se le ponga”. Lo que sí tiene claro es que “el carácter del entrenador ha revolucionado a los jugadores, pero hay un momento donde no se pueden hacer milagros por mucho que él se empeñe”.

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