El Sevilla se entrenó ayer en el Teatro de los Sueños con la esperanza de dar la gran sorpresa y eliminar al mítico United.MIGUEL MORENATTIDIARIO AS
Ampliar
Fue Sir Bobby Charlton quien dio su sobrenombre a Old Trafford. “Todos los niños de Manchester sueñan con triunfar en este Teatro. Yo he cumplido mis sueños aquí”, dijo el símbolo cuando anunció su adiós al United en 1973. El Sevilla también tiene sus sueños (sigue el partido en directo en As.com). Sobreponerse al 0-0 de la ida, cruzar una frontera más y alcanzar por primera vez los cuartos de final en formato Champions (hace 60 años los alcanzó en la vieja Copa de Europa y fue eliminado por el Madrid). No hay marco mejor para una hazaña que Old Trafford, un campo que acaba de cumplir 108 años y que se repuso incluso a los bombardeos de la Luftwaffe durante el Blitz, el hostigamiento diario al que Alemania sometió a Inglaterra en la II Guerra Mundial.
El Sevilla todavía tiene en carne viva las heridas de Leicester. La expulsión de Nasri, el penalti fallado por Nzonzi, las carreras de Vardy. Una noche de perros que quedaría enterrada si los chicos de Montellacastigan el conservadurismo de Mourinhoen la ida. El granítico United sacó un 0-0 gracias a De Gea que le hace favorito, pero que también le tiene algo inquieto.
Alerta roja en el lateral derecho del Sevilla.Navas se lesionó en su mejor momento y Layún, su recambio natural, ya jugó Champions con el Oporto. Corchia, el tercer hombre, también está KO. El italiano maneja tres alternativas. La primera, y más lógica, colocar a Mercado como lateral derecho y Kjaer como central. La segunda es mandar a Escudero a la derecha (en el Schalke lo hizo alguna vez) y probar con Arana. Suena antinatural. La sorpresa sería jugar con tres centrales y Sarabia y Escudero como carrileros. El Sevilla sabe que le espera una intensa carga aérea en busca de Lukaku y sus prolongaciones en busca de Rashford, el jugador más en forma del United que viene de hacerle dos goles al Liverpool. Al belga se le podría añadir Fellaini, experto en el trabajo sucio. Hay que saber sufrir. Y hay que saber soñar. Sevillistas, al Teatro.
