Descubren al Mertens más solidario: “Ya que me habéis pillado...”
'Il Corriere della Sera' cuenta la historia del delantero repartiendo pizzas por la noche entre los más desfavorecidos de las calles de Nápoles.
Dries Mertens es una de las estrellas del Nápoles de Sarri, equipo que está batiendo todos los récords de la Serie A y que sueña con devolver a la ciudad del Vesuvio un scudetto, algo ocurrido solo dos veces, y en la era Maradona. El belga llegó al conjunto azzurro en 2013 por voluntad de Rafa Benítez y su papel había sido, hasta hace un año y medio, el de reserva de Lorenzo Insigne, como extremo.
En octubre del 2016, sin embargo, la lesión de Arkadiusz Milik y el bajo rendimiento de Manolo Gabbiadini obligó a Sarri a inventarse algo nuevo: transformar a Dries, que mide 1.68 metros, en un delantero centro. Fue un éxito: el belga acabó la temporada marcando 34 goles, los mismos que en sus anteriores tres. Y, en este curso, ya lleva 20.
Los napolitanos, además de sus golazos y su clase en el césped, siempre le quisieron mucho por su capacidad de vivir la ciudad como si no fuera un futbolista. A menudo, se le ve pasear por barrios populares y en restaurantes turisticos, rodeado de gente común, a la que nunca le niega un selfie o un autografo. Llegaron a apodarlo ‘Ciro’, nombre típicamente partenopeo, y a él le encantó.
En estos días, se descubrió algo más sobre su relación con Nápoles: el Corriere della Sera desveló que en las últimas semanas, por las noches, anda por el centro distribuyendo pizzas calientes a los más desfavorecidos, afectados por la ola de frío que causó una descomunal nevada en la ciudad del sol. “Hace mucho frío, vamos a comprar unas margaritas y las regalamos a los que viven en la calle”, le dijo a sus amigos. Lo hizo bien encapuchado, para que no se le reconociera. Pero no lo logró.
Una vez pillado, Mertens decidió dar la cara. Esta mañana publicó en sus redes sociales un video con su faceta más solidaria: además de las pizzas, Mertens regaló sonrisas, camisetas y juguetes a los niños enfermos de cáncer. Y, con su mujer Kat, adoptó varios perros abandonados ayudando económicamente un refugio del barrio Ponticelli, en la periferia de Nápoles. “Hice lo que pude – escribió el delantero – no quería que estas cosas se supieran, pero ya que algunos periódicos empezaron a hablar de ello, prefiero publicar un vídeo mío. Igual alguien más se anima: ayudar a quien sufre no requiere mucho esfuerzo”. Es uno de sus 'goles' más bonitos.