El santo erial del Espanyol
Mientras busca Quique dos victorias seguidas, lo que definió como “el Santo Grial”, sumó el Espanyol su sexta jornada sin ganar: un equipo convertido en un erial.
Explicaba Quique Sánchez Flores en la previa del Espanyol-Villarreal que el equipo perico buscaba “su Santo Grial”, una combinación de dos o tres victorias consecutivas que le devolviese al buen camino y, casi más importante, a la autoestima y el buen juego. Pero ante el Submarino, y pese a rescatar un empate que pudo ser incluso un triunfo sobre la bocina, el Espanyol no hizo sino reivindicar de nuevo una apatía que ya quema entre la afición.
Para hallar el Santo Grial, primero hay que perseguirlo, y en el caso de los pericos más bien parecen instalados en una suerte de santo erial, un terreno estéril y sin cultivar, que ha desembocado en la mediocridad. Por un lado, en la clasificación, pues salvo cataclismo no sufrirá el equipo por el descenso y Europa es ya una misión imposible, y además Quique fijó el domingo tras el partido el objetivo de la décima plaza, cuando hace semanas era la lucha abarcaba hasta la séptima. Por otro, en el juego, que más allá de los resultados (objetivamente, empatar en Balaídos y ante el Villarreal no es ni mucho menos para echarse las manos a la cabeza) transmite una desidia que en el último partido se tradujo en silbidos en algunos tramos del partido.
Ante el Villarreal, en su sexta jornada seguida sin ganar, evidenció el Espanyol que acumular a futbolistas de talento no es sinónimo de éxito si detrás no hay un plan. Ni tampoco lo es ganar la posesión, un 51’9 por ciento contra los ‘groguets’ tras el 28’6 que venían de acumular frente al Celta. La realidad es otra: ni un chut entre los tres palos hasta que restaban diez minutos.
Coincidieron el domingo en el equipo Sergi Darder, Esteban Granero, Leo Baptistao, Sergio García y Gerard Moreno. Pero, como había sucedido una semana atrás, solo decidieron las individualidades: esta vez fue el golazo de Granero, previa falta forzada por Gerard, el héroe de Balaídos. En el lado opuesto, Darder quedó señalado por su cambio al descanso, igual que Naldo Gomes en menor medida, mientras que Víctor Sánchez tuvo que actuar en tres posiciones distintas: lateral diestro, mediocentro y central.
Ni siquiera el factor campo resulta ya favorable para un Espanyol que aún no ha ganado en Cornellà en este 2018 en partido de Liga. Mientras en el vestuario buscan el Santo Grial, la afición muestra su hartazgo, como si la ambición de unos y otros transcurriese en paralelo. Ya son demasiados los años de transición en el santo erial del Espanyol.
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