Fallece Carriega, el entrenador de los ‘Zaraguayos’

El Real Zaragoza está hoy de luto por el fallecimiento a los 88 años de Carriega, el entrenador de los ‘Zaraguayos, el técnico que llevó al club aragonés, presidido por José Ángel Zalba, al subcampeonato de Liga en 1974-75, con la histórica goleada incluida al Madrid campeón (6-1).

Luis Cid Pérez, ‘Carriega’, nació en Allariz (Orense) el 9 de diciembre de 1929. Recogió el apodo de un antiguo jugador del Ginzo de Limia, equipo de una localidad muy cercana a su pueblo natal, y fue un aceptable interior de elaboración y llegada, y también delantero centro goleador, que jugó en el Arnoya de Allariz (1945-49), la Unión Deportiva Orensana (1949-52), el Ferrol (1952-54), el Real Oviedo (1954-56), el Langreano (1955-56), el Burgos (1956-57), el Extremadura (1957-58) y la Unión Deportiva Cartagenera (1958-61), donde colgó las botas para iniciar una brillante carrera de casi tres décadas como entrenador.

Tras dirigir al Cartagena (1961-63), al Tarrasa (1963-65), al Europa (1965-66), a la Unión Popular de Langreo (1966-68) y al Sporting de Gijón (1968-72), firmó por el Real Zaragoza el 5 de junio de 1972, cuatro días después de que el equipo aragonés hubiera retornado a Primera División, iniciando la época, la de los ‘Zaraguayos’. Arrúa, Diarte, Ocampos, Blanco, Planas, Violeta, Manolo González, García Castany... Con ese grupo de excelentes jugadores, Carriega devolvió la grandeza al Zaragoza, que en cuatro años de fútbol maravilloso alcanzó los subcampeonatos de Liga (1974-75) –su mejor clasificación en toda la historia- y de Copa (1976), y volvió a pasear su nombre por el fútbol europeo. Y el club superó los 25.000 socios, lo que propició una ampliación de La Romareda. Quizá otro entrenador no hubiera podido soportar el divismo de Arrúa y Diarte, pero el gallego poseía una admirable mano izquierda para reconducir cualquier situación y se mantuvo cuatro temporadas consecutivas al frente del equipo, un registro que sólo pudo superar después Víctor Fernández.

La final de la última Copa del Generalísimo, perdida en el Santiago Bernabéu frente al Atlético de Madrid el 26 de junio de 1976, fue su último partido en el banquillo del Real Zaragoza. Carriega, admirador de las escuelas brasileña y holandesa, no pudo despedirse con un título –“Me voy con el corazón roto”, dijo en su adiós-, pero su nombre quedará para siempre como el del forjador de los ‘Zaraguayos’.

Reapodado como ‘el gallego sabio’, siempre fue muy supersticioso: mandó plantar ajos en las porterías de La Romareda, llevaba siempre el mismo traje en los partidos y todos los viernes iba al Pilar a rezar y a poner una vela a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles.

Empeñado siempre en manejar plantillas cortas, Carriega fue un maestro del contragolpe fuera de casa, mientras en La Romareda el Zaragoza llevaba siempre la iniciativa y apostaba por un fútbol abiertamente ofensivo, con tres delanteros puros.

En total dirigió al Real Zaragoza en 165 partidos oficiales: 136 de Primera División, 21 de la Copa del Rey y 8 de la Copa de la UEFA.

Luego continuó una larguísima carrera en los banquillos pasando por el Sevilla, el Betis, el Atlético de Madrid, el Elche, el Celta de Vigo, el Figueras y el Orense, donde cumplió su último servicio al fútbol en 1990.