El pivote brasileño Marcos Assunçao llegaba al Betis en la temporada 2002-03 del Roma a cambio de siete millones de euros y debutaba en Riazor (1-09-2002) contra un Deportivo estelar que tenía a Makaay, Tristán, Valerón, Luque o Mauro Silva, entre otros. Pero, con el aragonés Víctor Fernández en el banquillo, los heliopolitanos cuajaron uno de sus partidos más rutilantes de este siglo y acabaron ganando por 2-4.
José Francisco Molina, entonces portero del equipo gallego, todavía debe estar 'asustao' con las faltas de Assunçao, que mandó nada menos que tres balones al palo e inauguró el marcador con un zurdazo (era diestro, pero le pegaba de cine con las dos piernas) imposible para el guardameta valenciano. Tras él anotaron para el Betis Alfonso (de penalti), Arzu y Joaquín Sánchez. Makaay y Diego Tristán, también desde los 11 metros, pusieron el honor local.
El público deportivista, acostumbrado también a un equipazo, acabó ovacionando a su rival y sorprendido por el magnífico golpeo de un futbolista que se retiró hace muy poco. Fue una noche mágica en la que el Betis y toda España descubrió a un futbolista del que los porteros tenían miedo. Molina fue el primero en comprobar su temible disparo a puerta, al que el speaker verdiblanco Manuel Melado compondría semanas después una rima que todavía perdura en la memoria colectiva: "El portero está 'asustao', tira la falta... Assunçao".