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ATLÉTICO

Koke, en su peor momento en el Atlético de Madrid desde 2012

Fundamental siempre, pieza clave para Simeone, por primera vez en cinco años acumula suplencias con cambios tempranos que buscan virar el partido.

Madrid
Koke pelea un balón con Tana en el último partido del Atlético de Madrid, ante Las Palmas, en el que el futbolista fue cambiado al descanso.
Koke pelea un balón con Tana en el último partido del Atlético de Madrid, ante Las Palmas, en el que el futbolista fue cambiado al descanso. Rodrigo JimenezEFE

Algo pasa con Koke. Que no debería porque ha habido un jugador fundamental en el Atlético de Madrid en los últimos años ese ha sido, sin duda, Koke. El tercero más utilizado por Simeone en sus siete años en el Atlético: 24.684 minutos, sólo 272 menos que Godín, 273 que Gabi, segundo y primero, respectivamente. 

Pero en esta temporada, la 2016-17, esa en la que Jorge Resurrección ha cumplido 26 años más comprometido que nunca con su club de siempre (firmó el año pasado una renovación que les uniría hasta 2024, o sea, seis años, hasta que Koke tenga 32) algo ocurre con Koke. Por primera vez desde la temporada 2012-13, la primera completa con Simeone, esa en la que se hizo con ese cartel de imprescindible en el equipo (3.390 minutos jugó, 48 partidos), Koke acumula dos partidos de Liga sin, por decisión técnica, demasiada participación: en uno (Girona), fue suplente, entrando en el minuto 71' y, en el otro (Las Palmas) fue titular para ser cambiado al descanso. 19 minutos más 45: un total de 64. Dos terceras partes de un partido en dos. Impensable para un jugador que, se ha demostrado con sus lesiones, hace mejores a los demás, ese motor que no se puede gripar. Puede no notarse que está pero si no lo hace se nota, y demasiado: sin Koke al Atlético le cuesta ganar

Ahí están los números, incontestables: esta temporada se perdió seis partidos (dos de Champions, tres de Liga y uno de Copa) y el Atlético empató cuatro y sólo ganó dos. Y qué dos. Ante Celta y Deportivo. Con un mucho sufrimiento y abrazándose a un gol. 

La temporada pasada, Koke jugó 4.694 partidos, 36 de Liga, todos titular. Si se perdió dos fue por sanción. Sólo dos veces fue cambiado por Simeone en la competición liguera. Una ante el Granada (7-1), minuto 67, cuando después venía el largo viaje a Rostov por la Champions, y otra ante el Depor, en el 57. La temporada anterior, la 15-16 es casi lo mismo salvo que se lesionó y faltó a tres partidos por ello. Sólo una vez fue suplente, ante el Rayo, y con explicación: este partido estaba en medio de dos guerras, las del Atlético ante el Bayern de Múnich buscando un sitio en la final de Milán. Se le cambió seis veces, una por lesión. 

La Copa del Rey ante el Sevilla

Por eso extraña que Koke, precisamente Koke, ese futbolista que con el Cholo ha repartido hasta 83 asistencias (muchas de ellas a Costa), a 46 de distancia, un mundo, del segundo en la lista, Gabi, fuera suplente ante el Girona, y el futbolista que se quedó bajo la ducha después de una primera parte igualadísima ante Las Palmas. Sin la pierna de Tiago como metrónomo en el centro, junto a Gabi, Koke no acaba de dar ese paso que hace temporadas le pedía Simeone: volver a jugar de mediocentro. No termina de ser ahí determinante.

En la Copa, ante el Sevilla, una pérdida de balón suya terminó en ese centro de Navas por la derecha que envenenó Lucas y se coló Moyá, el principio del fin del Atlético. En la vuelta no estuvo mucho mejor. Errático, sin ser Koke. Su suplencia y cambio, cinco años después sólo obedezcan a un principio del Cholo: ningún jugador tiene el puesto asegurado. Ni Koke. Para su entrenador es necesario recuperarlo.