Quique se agota
Chen trata de reconducir el divorcio entre el Espanyol y el entrenador, hastiado por un proyecto cada vez más alejado de su origen. El cisma llega a la plantilla, señalada por Quique.
Con su “no voy a responder más por el club”, que pronunció el domingo en Butarque, Quique Sánchez Flores puso de manifiesto su divorcio con el Espanyol, que difícilmente tendrá marcha atrás, pero que a priori no se traducirá en despido o dimisión, pero no porque no haya pasado por su cabeza, como explicó este lunes As.com. El ‘quid’ es el precio de su marcha, si ésta se produce antes de junio: un finiquito que supera los seis millones de euros o, por el contrario, que el entrenador se vaya con las manos vacías.
El significativo agotamiento de Quique coincide con el aterrizaje de Chen Yansheng en Barcelona, el pasado domingo, por lo que esta semana se sucederán reuniones con las que, teóricamente, se debería al menos destensar el cisma. Con el equipo eliminado de la Copa y con ocho puntos menos en la Liga que en 2017, la óptica del técnico es que el proyecto que se le planteó hace año y medio no solo no coincide con la realidad sino que, paulatinamente, ha ido alejándose más y más. La salida de Javi Fuego es la última prueba.
Las declaraciones del entrenador lógicamente no han sentado bien en la entidad, como tampoco en el vestuario el frente que él mismo se abrió el domingo: el liderazgo. Aseguró Quique que faltan líderes en un equipo que deberá seguir gestionando hasta final de temporada.
El tercer foco de discordia es el del desgaste público. El técnico sigue ejerciendo de portavoz en un club en el que casi nadie más se explica públicamente. El divorcio está servido. Buscarán la manera de llevarse bien sin dañarse.
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