El último partido de Pau tras el enredo de la meta
No renovará y Diego López acabará lo que queda de temporada. Como balance, jugó 67 partidos y recibió 101 goles en una carrera precoz.
Es difícil desenredar el ovillo en el que se ha convertido la portería del Espanyol. Esta semana se ha asistido al cambio de roles entre un Diego López que se mantiene como la apuesta del club y un Pau López que aún no ha respondido a la oferta de renovación. Eliminado ya el equipo blanquiazul de la Copa del Rey, y salvo otro giro inesperado en el guion que escribe Quique Sánchez Flores, el pasado jueves en el Camp Nou el meta gerundense jugó su último partido como perico.
Su renovación sigue parada. El portero no está conforme con la oferta del Espanyol, pero tampoco tiene claro los pasos a seguir. Después del encuentro, comentó que “cuando sepa la decisión ya la haré pública”, arrojando una pequeña luz a su continuidad, aunque nadie en la entidad considera que habrá ni siquiera una negociación. Las últimas palabras de Jordi Lardín, director deportivo, en las que le reclama un paso al meta, son la muestra definitiva. El jugador explicará próximamente que abandona el club en junio y detallará un proceso en el que considera que la dirección deportiva llegó tarde y tiene otras prioridades. Con contrato para dos temporadas más, Diego López es el candidato número uno a ocupar la portería del Espanyol durante este periodo.
Entre Liga y Copa del Rey, Pau ha disputado 67 partidos con el Espanyol en los que ha recibido 101 goles, los dos últimos ese mismo día de su despedida, donde también hizo intervenciones de mérito. A sus 23 años, llamado a ser el portero del futuro del Espanyol, el joven meta ha ido batiendo récords de precocidad: fue el segundo arquero blanquiazul que rebasó la cifra de 50 partidos por detrás de José Trias. Entrenado por Tommy N’Kono, su gran valedor desde que ascendió al primer equipo, le fue bien su año en Londres, donde adquirió una madurez personal que le ayudó en la portería, después de un curso 2015-16 muy desquiciante por la mala situación deportiva y los cambios de rumbo en la portería. La entidad aguarda también lo que ocurra con Roberto Jiménez, el otro damnificado de un enredo que lleva agitando la meta desde hace varios cursos.