Apuesta en el mercado a cara o cruz
Los fichajes invernales, salvo alguna excepción estilo la fuga de Babel, son el resultado de que algo no se ha hecho bien en verano y toca parchear. Suelen ser de riesgo, ya que los clubes le cierran las puertas a los jugadores con peso en el equipo. Si a esto le añadimos que el tope salarial está en la reserva, sólo queda apostar por algo en lo que otros no tienen fe.
Con la temporada ya lanzada, en descenso y 18 partidos por delante es casi jugársela a cara o cruz. La adaptación ha de ser inmediata y el rendimiento casi, porque cada prueba con error es un pasito más hacia el abismo.
De los dos fichajes el más sorprendente es el de Koval. Joven y con proyección, sí. Pero no era titular en el Dinamo de Kiev, no conoce LaLiga ni el idioma, algo importante para ordenar su defensa. Aterriza sin cartel, sin comodines que agotar si llega una bofetada. Y con lo sucedido en la portería el peligro de que un error acabe en juicio sumarísimo se multiplica.
El caso de Bóveda es diferente. Tiene experiencia en Primera, sabe lo que es sufrir en LaLiga y tiene excompañeros como Albentosa en el vestuario. Con todo, su último partido fue en diciembre, curiosamente en Riazor. Eneko parte con ventaja, pero su misión no será menor. Bien supliendo a Juanfran o de central debe aportar solidez a una defensa que tiene muy poco de cara y mucho de cruz. Al menos no aterrizó ningún saudí en A Coruña, que ya es algo.
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