La tarde en la que Zidane se llevó un duro 4-1 de Butarque
El técnico francés entonces entrenaba al Castilla y fue cuando sucedió la anécdota en la que pidió un despacho en Butarque
Hubo un tiempo en el que Zidane no iba a Butarque a competir. Iba a grabar anuncios. Hizo varios sobre su césped en los años en los que el Leganés sobrevivía de alquilar su estadio a grandes marcas. Por eso la tarde del 16 de agosto de 2014 las entrañas del recinto no le fueron ajenas. Zizou ya había estado allí. Vestido de chándal (el Zidane del Castilla siempre lo lucía) ese día acudió a disputar con el filial el 35º Villa de Leganés. Su presencia lo engulló todo. No estaba aún el Lega acostumbrado al vaivén de las estrellas. Los pepineros acababan de ascender a Segunda tras una década en el desierto de la Segunda B. El ahora técnico del campeón de Europa pidió un despacho. Le ofrecieron la sala de prensa. Aceptó. Tras él, una cohorte de guardaespaldas blindó el vestuario visitante. Algunos jugadores del Lega tuvieron que esperar 15 minutos para fotografiarse con el técnico sólo por el exceso de seguridad. La seguridad no sabía quiénes eran esos de blanquiazul. Sobre el césped su equipo se llevó una goleada contundente. Un 4-1 con golazos incluidos (qué falta de Eizmendi) en el que la honra blanca la puso Eero Markkanen, fugaz ariete finés hermano de Lauri Markkanen, ala pivot de los Bulls.
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