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Vietto celebrando su primer gol ante Las Palmas.
Vietto celebrando su primer gol ante Las Palmas.David GonzálezDIARIO AS

Marcelino ha dado a su Valencia un cuerpo de modelo al que todo traje le queda bien. Luciano Vietto, que llevaba más de un año sin ver puerta, en concreto desde diciembre de 2016, cuando le hizo con el Sevilla tres goles al Formentera también en Copa del Rey, ha necesitado solo de dos partidos a las órdenes de nuevo del asturiano para estrenarse como blanquinegro. Lo hizo, además, con un hat-trick, anotando el tercero de sus goles casi desde su casa y metiéndose con ellos a Mestalla en el bolsillo. Nadie puede ya dudar de que acertó Vietto no marchándose a Lisboa tras reclamarle a su vera Marcelino.

Con los goles de Vietto y el de Maksimovic, el Valencia certificó su clasificación a los cuartos de final, con lo que continúa dando alegrías a su afición cada vez que juega. Asu vez, se confirmó la eliminación de Las Palmas, que con la que tiene por delante en Liga no está para lamentaciones coperas. En verdad nunca estuvieron los de Jémez en el partido, un equipo que lo mejor que puede hacer es olvidarse pronto de lo de ayer.

Las Palmas, entre otros males, pecó por correr riesgos con el balón y el Valencia estaba cual gato callejero pendiente de pájaro estrabiado. Paco Jémez aún tiene que hacerles entender a sus futbolistas que una cosa es dar pases para salir desde atrás y otra arriesgar sin necesidad. La cultura del toque tiene un fin productivo y dar pases sin precisión es más bien destructivo. Y así, tras recuperación y disparo desde media distancia, apunto estuvieron de cazarles Andreas Pereira y Vietto.

El Valencia, aún sin seis de sus habituales titulares, le puso de salida al partido el ritmo que le gusta a Marcelino. De presión y sensación de abogio constante al rival. Hizo suyo el encuentro desde el saque de inicio y si Nacho Gil, además de velocidad y desmarque, hubiera tenido un poco de acierto cara a puerta, al cuarto de hora la eliminatoria habría quedado más que resuelta.

En verdad solo hubo que esperar 15 minutos más para que el Valencia ya se viera en los cuartos de final. Luciano Vietto anotó su primer gol como valencianista en una acción ejemplo de la electricidad del juego blanquinegro. En apenas 12 segundos el balón pasó de los pies de Jaume al fondo de la red de Raúl Lizoain. Ello tras pasar por las botas de Zaza, Vietto y Nacho Gil, con dos remates incluidos, uno de Zaza y el definitivo de Vietto.

Jaume, hasta ese primer gol, fue un espectador más, de lo muchos que había en la grada, desde luego más de los que cabría esperar por día, hora y frío, prueba de que este Valencia engancha a su gente. Calleri, único delantero que tiene Jémez a la espera de refuerzos para salvar la categoría tras prescindir de Remy, podría haberse llevado hasta ese instante un libro o una baraja para pasar la velada con Vezo y Gabriel Paulista. Todo sea dicho, una vez la presión blanquinegra bajó de pulsaciones, Las Palmas acabó la primera mitad dejándose ver más por el área del Valencia e inclusive anotando un gol, aunque fuera anulado por falta previa de Calleri en su remate.

El pecado que podría haber cometido el Valencia hubiera sido la relajación. A fin de cuentas un gol metía de lleno a Las Palmas en la eliminatoria y parecía que con ese pensamiento presente salieron los insulares tras el descanso. Pero no hubo lugar. El Valencia no se equivocó. Al contrario. De nuevo Vietto, esta vez con un sutil remate y tras combinación de Andreas Pereira, superó a Lizoain. Definitivamente era su noche. Parece que el argentino acertó destino y Marcelino refuerzo. Después llegó el gol de Maksimovic, al que la posible llegada de Coquelin le podría hacer cambiar de aires y al que sus compañeros le arroparon como queriendo retenerle.