El Celta se apunta en bloque al derbi de Riazor

Nadie en el vestuario del Celta se quiere perder el primer clásico autonómico de la temporada. Sin lesionados ni sancionados, Unzué tiene disponibles por primera vez en lo que va de curso a los 20 jugadores con contrato del primer equipo, más el jugador del filial Brais Méndez. Las altas respecto a la última jornada con el Villarreal son Iago Aspas y Hugo Mallo. Los dos capitanes no pudieron jugar frente a los castellonenses por acumulación de tarjetas.

 Las bajas en una plantilla extremadamente corta han sido una constante desde antes de que se iniciara LaLiga. Guidetti se fracturó la clavícula en el último test de la pretemporada y estuvo más de un mes alejado de los terrenos de juego. Su convalecencia la aprovechó Maxi Gómez para convertirse en indiscutible a base de goles.

Cuando el sueco se recuperó, el que cayó lesionado fue Roncaglia. El argentino se rompió a principios de octubre y su ausencia se prolongó hasta finales de noviembre. En el tramo final de su puesta a punto el central compartió entrenamientos al margen del grupo con Emre Mor, que por molestias en su tobillo tuvo que guardar descanso obligado tres jornadas.

Sergi Gómez

Durante el último mes el único inquilino que ha tenido la enfermería olívica ha sido Sergi Gómez. Un problema muscular lo apartó del duelo con el Leganés y en su reaparición a la semana siguiente ante el Barcelona se dañó el hombro en la primera jugada del partido. El zaguero recibió el alta médica el pasado viernes y Unzué no dudó en otorgarle la titularidad para recibir al ‘Submarino amarillo’.

A los problemas físicos del catalán se han sumado en los tres últimos encuentros ausencias por acumulación de amonestaciones. Jonny cumplió ciclo de tarjetas en el Camp Nou, Jozabed en Mestalla, y Mallo y Aspas contra el Villarreal. Al borde de la suspensión ha aguantado cinco jornadas Gustavo Cabral.

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