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INTERNACIONAL | HÉCTOR ENRIQUE

"Cuando Maradona entra en una habitación, tiemblan las mesas"

Héctor Enrique, ex de River y Lanús, ganó el Mundial del 86 con Maradona. Ahora es su segundo en el Al Fujairah. Antes lo fue en la selección argentina y en el Al Wasl.

Abu Dhabi
Héctor Enrique, ayudante de Maradona.
JAVIER GANDULDIARIO AS

¿Cómo se embarcaron en esta aventura?

Estamos aquí hace cinco meses. Pero en 2011 ya estuve un año en Dubai, en el Al Wasl, con Diego.

¿Qué tal se vive en Emiratos?

Bien, tranquilos, estamos cómodos. Yo vivo en un hotel y Diego tiene casa. Lo bueno es que tenemos trabajo. Diego siempre que entra a una cancha s ele ve contento y feliz más allá de que, yendo primeros, hay algunas cosas que mejorar. Nos tienen que traer refuerzos.

¿Cómo es el fútbol en Emiratos?

No es Europa ni América, está claro. No lo viven como nosotros. Pero le meten mucha garra, mucha entrega. Aquí marcan las diferencias los extranjeros.

¿Cuántos pueden jugar?

En Primera cuatro y en Segunda, dos. Para mejorar el fútbol del país hay que traer gente, claro.

¿Sobra el dinero en este fútbol?

No es tan así, no… No te haces millonario.

¿Cómo se reparten el trabajo?

Hay otro técnico, Luis Silva, que fue campeón del mundo y jugó en España. Y Diego siempre está, y eso motiva al jugador. Yo le puedo hablar una hora y media y no le llega. Y Diego habla cinco minutos y está todo hecho.

¿Cómo reaccionan los jugadores ante él?

Cuando la gente está delante de él y me dicen que están temblando, que les sudan las manos, yo les entiendo. Porque a mí me pasa lo mismo. Eso es Maradona. Hay jugadores muy buenos, pero no tienen su carisma. Donde llega Maradona empiezan a temblar las mesas.

¿Tanto se nota?

Yo lo viví cuando entrenábamos la Selección en un amistoso ante Alemania. Imagínese, Messi, Higuaín, Agüero… Y los alemanes cuando bajaron a vernos se olvidaron de ellos, se fueron a por Maradona. Yo lo vi, no me lo contaron.

¿Cómo se entiende con los jugadores?

Como entrenador daría igual que hablara en chino, a Diego s ele entiende.

¿Qué fútbol le gusta?

El buen juego, pero está en todos los detalles. No quiere que ninguno camine, pide mucha garra. Como él era como jugador.

¿Cómo es vuestro día a día?

Para entrenar hay que hacerlo por la tarde, porque la mayoría de los chicos trabajan, son policías.

¿Cuánta gente llevan al campo?

Muy poca… Aman en fútbol pero no viene tanta gente. Pero para nosotros cada partido es la final del Mundial contra los alemanes en el 86. Lo vivimos con esa pasión. Y hay nervios antes y después del partido.

¿Ha habido efecto llamada?

¡Es Maradona! Estuvimos en Holanda haciendo la pretemporada y allí iba muchísima gente. Al Fujairah ahora está en el mapa.

¿De dónde le viene su amistad con Diego?

Yo jugué contra él en el 84. Creo que fue su primer partido con el Nápoles, un amistoso ante River. Nos saludamos sin más. Desde los 13 años era mi ídolo, y él es sólo dos mayor. Cuando nos convocó Bilardo a los 22 del Mundial (del 86) fuimos a Noruega. Yo tenía unos nervios terribles. No sabía si darle la mano, dos besos… Y me vio, me abrazó… Y ahí empezó la amistad. En mi caso él sabe que no es una amistad aprovechada….

Claro.

Cuando yo fui al mundial no tenía botines.

¿Cómo?

Cuando uno lo cuenta parece increíble, pero no tenía botas de fútbol para jugar. Yo acababa de salir campeón con River y el público entra y te saca todo, te quedas en calzoncillos. Y pensé que en la selección me darían unos… O un par. ¡Pues no había botines! Jugué los amistosos con botines prestados de Pumpido. Él calzaba un 42 y yo un 41. Y antes de que empezara el Mundial le digo a Maradona: “No tengo botines”. ¡Cómo! Y me los consiguió. Y jugué el Mundial con ellos. Los tengo guardados como un tesoro.

¿Tanta carestía había?

Imagínese. La camiseta para jugar ante los ingleses las hicieron el mismo día del partido. No teníamos. Un hambre total.

¿Qué papel desempeñó en la plantilla Maradona en aquel Mundial?

En la cancha era el mejor, pero para nosotros, uno más. No era el que comía a parte, el que te hablaba por encima del hombro. Por eso es muy querido por todos sus compañeros.

¿Le falta ese carisma a Messi?

Es un monstruo y una excelente persona, y tuve la fortuna de dirigirlo, pero nunca va a ser lo que fue Maradona. Dios quiera que gane en Rusia y sea la figura, pero ni él ni nadie será como Maradona.

¿No cree que a Diego le ha superado el personaje?

La gente no conoce a Maradona. Yo antes le quería pegar al que hablaba mal de él. Luego pensé que si la gente le conociera como le conozco yo hablarían bien. Es una gran persona, tiene mucho corazón. Hace muchas cosas por los demás que no trascienden. Yo vivo el día a día de Diego y es un genio.

¿También lo es como entrenador?

Si no tienes buenos jugadores olvídate. El éxito de Bilardo en el 86 fue elegir a los mejores. A nosotros nos criticaron el 4-0 contra los alemanes, quizá tuviéramos el mayor porcentaje de culpa, pero no el 100%. Mire, cuando íbamos ganando la final del Mundial 2-0 y los alemanes nos empataron no fue culpa de Bilardo, fue culpa nuestra.