Si la Real Sociedad jugara el encuentro de esta tarde lejos de San Sebastián y no en Anoeta, seguro que muchos pensarían que tendría más opciones de no pasar apuros para solventar una eliminatoria que tiene en encarrilada (0-1 en la ida). Pero la vuelta es en casa, y eso que debería ser un beneficio para los donostiarras, se puede convertir en un suplicio (sigue el partido en directo en As.com). Porque Anoeta ya no es el fortín de la Real, que en este 2017 no ha sido capaz de ganar ni la mitad de los partidos que ha jugado como local (7 de 18). El dato es preocupante. Y a eso se agarra el Lleida, que quiere ser una de las clásicas sorpresas de Segunda B de esta ronda de Copa del Rey.
El equipo catalán ya mostró en el partido de ida que respeto por un Primera europeo tiene poco. Jugó valiente y decidido, y puso en muchos aprietos a una Real que necesitó de una genialidad de Canales para volver a San Sebastián con una mínima ventaja. Y tal y como está Anoeta, con la mosca detrás de la oreja, no se extrañen que pongan un poco más nerviosa a la parroquia donostiarra. El Lleida, como es normal, tiene también su mirada en su lucha por regresar a Segunda y reverdecer viejos laureles.
Hará bien Eusebio en no confiarse, y en llevar a la práctica el discurso que expresó ayer en sala de prensa de Zubieta. “Ya nos encargaremos nosotros de incidir en los jugadores que de fácil tiene poco este partido”, decía. eso sí, a pesar de todo planteará más rotaciones de lo habitual porque la Liga y Europa cansan. Empezando por la portería, donde Toño Ramírez volverá a tener una nueva oportunidad. Pero habrá cambios en todas las líneas.