Zidane ya superó tres 'crisis'
En su primera temporada, recortó 11 puntos al Barça y ganó la Undécima tras remontar un 2-0 en cuartos. En la segunda se sobrepuso a cuatro empates seguidos...
La derrota del Real Madrid ante el Girona ha situado a Zidane bajo una fuerte tormenta. Después de aquel estado de optimismo que se instaló en el Madrid tras barrer al United y al Barça en las dos Supercopas, todo se le ha ido complicando al francés: acumulación de lesiones (ha caído media plantilla); bajón de forma de jugadores como Kroos, Modric, Marcelo, Lucas o Asensio; ausencia de goles de Cristiano (uno solo en Liga); pinchazos inesperados (Levante, Betis y Girona) que le han alejado a ocho puntos del Barça, líder… Esto ha originado una nube negra de pesimismo que cubre desde las apuestas a parte de la afición. Pero no a Zidane. El técnico del Real Madrid, optimista de cuna, ya salió de tres crisis de diferente magnitud.
La primera fue la que le impulsó al banquillo del primer equipo del Real Madrid. Zizou cogió los mandos de un equipo sin identidad (tercero a cuatro puntos del Barça, líder), con el gesto torcido (Benítez nunca conectó con la plantilla) y su primera declaración a la Prensa fue un primer fogonazo de optimismo: “Yo creo que todo va a salir bien”. Su llegada revitalizó anímicamente a un Madrid que comenzó a acumular goles y moral, pero no posiciones en la tabla. Y llegó la jornada 26 ante el Atlético. Los de Simeone asaltaron el Bernabéu con un gol de Griezmann (0-1) y una enorme superioridad táctica y anímica que hizo que Florentino escuchara aquellos gritos de “¡dimisión!” que le pusieron la cruz a Benítez en el 0-4 del Clásico. El Madrid se alejaba a 12 puntos del Barça. “Perder un derbi en casa con el Atleti es un golpe muy duro. En un partido así, había que hacer más: correr más, meter más la pierna…”. Una llamada de atención a los suyos que supuso un punto de inflexión. Zidane recuperó el pulso al equipo, que ganó todos los partidos que restaban en la Liga, rozando la Liga al recortarle 11 puntos al Barça en ¡cuatro jornadas!
En esa escalada liguera, el galo también tuvo que capear otro temporal, esta vez en la Champions, competición a la que el Madrid lo había fiado todo viendo el camino tan empinado que era la Liga. Días después de vencer en el Camp Nou (1-2), los blancos dieron la de arena en su competición fetiche. Perdieron 2-0 en Wolfsburgo, en la ida de los cuartos de final, tras un malísimo encuentro, desapasionado y repleto de despistes. El cielo se le volvió a encapotar a Zidane, aunque supo girar bien en las curvas. Pese al escepticismo de la afición (un 60% veía al Madrid eliminado, según una encuesta de As.com), supo mantener la moral del equipo intacta (“Somos capaces de hacer grandes cosas”, declaró). La vuelta quedó para la historia: Cristiano salió al rescate con un ‘hat-trick’ (3-0) que puso al Madrid a semifinales de una Champions que acabaría ganando…
"No voy a perder los papeles"
Zidane también tuvo horas bajas en el inicio de la siguiente temporada. Como este año, el Madrid conquistó la Supercopa de Europa ante el Sevilla. Después de sumar cuatro victorias en las primeras cuatro jornadas de Liga, el Madrid se enfangó y sumó cuatro empates en los siguientes cuatro encuentros (contra Villarreal, Las Palmas y Eibar en Liga, y ante el Borussia Dortmund en Champions). Esos tres empates seguidos en el campeonato hicieron al Madrid perder el liderato y la palabra crisis comenzó a pronunciarse en las conferencias de prensa del técnico. “No estamos en crisis, pero hay que buscar soluciones”, declaró Zizou después del 1-1 en el Bernabéu. Y sentenció: “No voy a perder los papeles”. Con esa calma que siempre receta al equipo en tiempos revueltos remontó el vuelo y, pese a los tropiezos ante el Valencia (2-1 jornada 16) y el Barça (2-3 en la jornada 33), el Madrid conquistó la Liga 33, el Mundial de Clubes y caminó triunfal por la Champions (alzó la Duodécima).
Ahora, los malos resultados en Liga vuelven subir al Madrid y a Zidane al alambre. Este miércoles, ponen pie en Wembley para jugar ante el Tottenham en la Champions, competición que en numerosas ocasiones ha servido de refugio a los blancos. Esta vez, más que refugio, debe ser un punto de inflexión para limpiar la mente, cambiar la dinámica y que Zidane dé su medida de entrenador. "Me gusta cuando las cosas se ponen difíciles", afirmó el francés este martes. El equipo necesita de su tranquilidad y liderazgo, cualidades que ya ha demostrado dominar, para superar este bache de juego y resultados...
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