Un Sevilla revuelto aparece en Cartagena para arrancar su viaje en la Copa, competición que ganó por última vez en 2010 y de la que fue finalista hace un par de temporadas (sigue en directo el partido en As.com). El revolcón de Valencia se sumó al de Moscú y a la derrota en San Mamés. Hay nervios en Nervión. Tantos como para que el presidente, José Castro, saliese de manera insospechada a la zona mixta de Mestallaa ratificar a un entrenador que llegó con galones y el respaldo de su trabajo en Vigo. Pero como no hay dos clubes iguales, el inicio ha sido duro. La política de rotaciones, discutida desde la primera jornada de Liga (1-1 ante el Espanyol), sobrevivió al principio gracias a la poca entidad de algunos rivales. En siete días ha explotado todo. A Berizzo, eso sí, es difícil discutirle el discurso porque suena honesto. Ayer anunció que no habrá volantazos y sí fe en su plan. Buenas intenciones, pues.
Su primera prueba de rehabilitación está en Cartagena, donde espera un equipo enfadado. La FEF se negó a cambiar el horario de su partido en Granada (0-1). Jugará con apenas 54 horas de descanso. Los de Monteagudo han generado ilusión. Un equipo organizado, con piezas expertas y conocidas como el mayor de los Aketxe, y diseñado para ser líder del grupo IV de Segunda B y atacar el ascenso. Se anuncia buen ambiente en Cartagonova, donde llegará un Sevilla que extremará las rotaciones. Habrá minutos para los que menos han participado como Borja Lasso y la incógnita Johannes Geis (cuatro minutos en toda la temporada). No sólo ellos deben demostrar cosas. Los fichajes, excepción hecha de Navas, no están dando el nivel. El Sevilla está en situación de pre-incendio. Conviene que vaya reponiéndose.
Exsevillistas en el banquillo
La sanción de Cordero, que sale a tarjeta por partido este año en Copa, y el hecho de que Moisés y Hugo fuesen titulares hace sólo dos días en Granada, podría provocar que Monteagudo armase un once sin los tres ex sevillistas. El escaso plazo de recuperación provocará muchos cambios en la alineación. Aun así, el técnico ha prometido dar guerra con el Cartagena, un proyecto que va en serio.— Vera