"Al Beckenbauer de verdad, Yuyu le llama 'el Carmelo de Baviera"
Carmelo Navarro (Murcia, 1959) fue apodado el ‘Beckenbauer de la Bahía’ en el mejor Cádiz de la historia. Antes había sido defensa del BetisBetis - Villarreal en directo: LaLiga Santander en vivo
Tras militar en un gran Betis y pasar por el Recreativo, Carmelo formó parte y hasta capitaneó el mejor Cádiz de la historia con Szendrei, Mejías, Cortijo, Barla, Linares, Quevedo, Kiko y Mágico González. De 1987 a 1993 la Tacita de Plata vivió en Primera. Ahora, alejado del fútbol, el exdefensa verdiblanco y amarillo regenta en El Puerto de Santa María una empresa que exporta vinagre a los cinco continentes.
El Cádiz – Betis, ¿un partido especial para usted?
Es muy especial porque son dos de los equipos en los que he estado y me trae muy buenos recuerdos, tanto de mi etapa en el Betis como en la del Cádiz.
¿Irá el martes a ver el partido?
Sí, casi con total seguridad, en un 99 % voy a estar en la grada del Carranza con el corazón dividido lógicamente.
¿Suele ir a ambos estadios?
No, para ser sincero no voy mucho. A Carranza sí voy de vez en cuando, al campo del Betis voy una vez al año con amigos que son béticos y socios, pero a Carranza suelo ir tres o cuatro veces al año.
¿Cuándo fue la última vez que visitó el Benito Villamarín?
Pues fue la temporada pasada, no me acuerdo ahora mismo cual fue, pero fue a finales de la temporada pasada.
¿Cómo fue su llegada al Betis en 1981?
Yo venía de hacer la mili, venía de estar en el Salamanca, no había jugado mucho ese año por haber hecho la mili, pero se fijaron en mí. Era complicado adaptarse, pero fue una etapa muy bonita de mi vida, me lo pasé realmente bien porque había compañeros que eran una locura. Rafael Gordillo, Poli Rincón, Cardeñosa… había futbolistas increíbles. Tuve la mala suerte de estar dos años sin jugar por haberme roto las dos rodillas, pero la vida te da más oportunidades y gracias tanto a Víctor Espárrago como el preparador del Betis, Diego Soto, pude volver al Puerto.
Estando en un gran momento de forma llegó la lesión.
Me rompí en un Betis – Zaragoza, un Domingo de Ramos. Yo venía jugando con asiduidad en el primer equipo y la vida tiene estas cosas. Cuando mejor estaba, con 24 años, me rompí la primera rodilla, tuve que afrontar la vida como vino y ya está.
Entonces, pidió volver a ser cedido al Recreativo de Huelva.
Estaba Luis Cid "Carriega" de entrenador en el Betis, la relación no era muy buena y yo lo que quería era jugar al fútbol y disfrutar. Tuve la suerte de volver al Recreativo y sin problemas ninguno.
¿Cómo se produjo ese paso del Recreativo de Huelva al Cádiz en 1987?
Al final todo fue por circunstancias de la vida. El año en el Recreativo fue muy bueno, estuvimos hasta final de liga en los puestos altos de la tabla. Yo me había recuperado, venía jugando, el Recreativo me quería renovar, pero Víctor Espárrago me dijo que si el Cádiz se quedaba en Primera ya había apalabrado su fichaje y quería que me fuera con él. Mi padre era muy amigo de Manuel Irigoyen, entonces no hubo problema ninguno. Yo estaba encantado de volver a Cádiz y a Primera División.
Llegó a ser capitán del mejor Cádiz de la historia. ¿Qué supuso para usted capitanear aquel equipo?
Eso ha sido para mí un orgullo. No tuve la suerte de disputar partidos con el Cádiz en secciones inferiores, pero empezar a jugar y humildemente dejar un poco de huella. Por lo menos, que la gente que pase lo haya dado todo por los colores, y cuando me hicieron capitán fue un orgullo grandísimo. Estar en tu tierra y encima ser capitán en Primera es lo mejor que te puede suceder.
¿Alguna anécdota que contar de su paso por el Cádiz?
Me acuerdo un día que estaba yo de capitán en un Cádiz-Zaragoza, que pasando seis o siete minutos del tiempo reglamentario nos empataron. Una auténtica locura. Me acuerdo que fui diciéndole de todo al árbitro hasta el túnel de vestuarios. Eso hoy en día sería impensable, hoy te quitan de la competición. Me acuerdo que el presidente Irigoyen, con la mano derecha que tenía, se fue al jefe de la Policía Local de Cádiz e hicieron un atestado ante notario diciendo que habían acompañado las fuerzas del orden público al árbitro hasta el vestuario y no habían visto ni escuchado nada de nada. No me echaron ningún partido y pude jugar al domingo siguiente. Increíble, yo le dije de todo lo que se puede decir. Palabras de todo tipo. Eso hoy en día, con las cámaras que hay, sería imposible.
Y además, tuvo la suerte de compartir vestuario con Mágico González.
Estar con Mágico fue una pasada. Futbolista era maravilloso, pero como persona un cacho de pan. Tuve la suerte de conocerlo, vivir grandes momentos con él. Estar a su lado fue un auténtico placer.
De Mágico se han contado mil anécdotas, ¿tiene alguna que añadir que todavía no se haya contado?
Se ha contado de todo. Me acuerdo un día que salíamos de viaje con el Cádiz y estábamos todos en el autobús esperando para salir hacia Jerez y coger el avión, solo faltaba él. Además, con Espárrago. Se cuela a las tres y media de la tarde comiéndose un bocadillo, con un calcetín de ejecutivo de corbata y la chaqueta nos enteramos que era del que estaba en la recepción del hotel, con los codos gastados. Cuando lo vimos entrar en el autobús escondimos la cara diciendo “ojú, la que le va a dar Víctor Espárrago”, porque ese era muy serio. Con un calcetín de corbata se coló, eso es de arte.
¿Cómo surgió el mote de “Beckenbauer de la Bahía”?
Creo que fue cosa de Martínez y Michael Robinson. La vinculación que tiene Michael ya es conocida, pero fue cuando empezó la época de Canal+. Debió caerle simpático el Cádiz Club de Fútbol a la gente de Canal+ y yo lo llevo con mucho orgullo. Mucha gente me conoce futbolísticamente por ese apodo y se ha quedado grabado, y estoy muy agradecido. También le estoy muy orgulloso al ‘Yuyu’ porque al Beckenbauer de verdad le dice “el Carmelo de Baviera”. Eso es una maravilla.
Llega el año 1994, y te despides del Cádiz. ¿Qué recuerdos tienes de tu despedida?
El Cádiz bajó ese año, la verdad es que no fue la despedida soñada. Me quedaba un año o dos años de contrato, pero ya empecé a trabajar y no es lo mismo. Había que dejar a la gente nueva que venía y no me costó ningún trabajo porque gracias a Dios el fútbol no lo es todo en la vida. Tenía muchas ganas de dedicarme en serio a la que hoy es mi profesión.
Deja el fútbol y pasa entonces a la Bodega en la que trabajas hoy en día. ¿Cómo fue esa transición?
Yo antes de retirarme me venía un rato con mi padre después de entrenar. Yo ya hice mis pinitos con la empresa así que no fue ningún trauma. Estuve un año con el Portuense, más o menos me obligaron a jugar porque me vine aquí y después estuve matando el gusanillo de comentarista en Canal+, pero lo dejé porque todo no podía ser.
¿Sigue la actualidad futbolística o desconectó?
Yo lo sigo, pero soy más de domingos que del día a día. El día a día me dedico a trabajar, pero cuando puedo lo sigo. No con el “forofismo” con el que lo veía y vivía antes, pero lo sigo.
¿Quedan en el fútbol actual defensas como Carmelo?
Sí hombre, de sobra. Esto es como todo. La gente ahora tiene mucha más preparación, los clubes tienen unos organigramas que antes no se tenían. Es imposible pensar, hoy en día, y según me cuentan, hacer lo que se hacía antes. Nosotros cuando terminábamos de entrenar en Carranza nos íbamos a la escalerilla a comernos un bocadillo. Estábamos siempre juntos. En los autobuses viajaban los periodistas con nosotros, no había que hacer ruedas de prensa, salías del vestuario y todos los días hablabas con la prensa. La relación es completamente diferente a lo que hay hoy en día en el fútbol. Todo ha cambiado.
Era central, pero ocupaba una posición que ya no existe como es la del líbero.
La posición más cómoda del mundo. El libre tiene responsabilidad, pero los responsables en aquella defensa eran o los centrales o los dos laterales. El líbero cubría los huecos que iban quedando en la defensa. De libre ahora solo se juega cuando hay defensa de cinco, pero como se bascula tanto lo normal es que haya defensa de tres o de cuatro. Los tiempos han evolucionado.
Por último, la pregunta más difícil de todas. En esta eliminatoria, ¿con qué equipo va?
Qué mejor que hacer buena la canción que hizo uno de los artistas más grandes que ha dado la provincia de Cádiz, que es Alejandro Sanz. Así que hago uso de su mejor canción, que es “corazón partío”. En la eliminatoria que gane el mejor. En Carranza que gane el Cádiz, que se vea un buen partido, porque en teoría es el débil de los dos. Luego hay que verlo sobre el terreno de juego.
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