El Everton se hunde a pesar de sus 160 millones invertidos
El máximo rival del Liverpool fue el séptimo equipo europeo que más invirtió en el pasado régimen de transferencias. Se ubica 16 en la Premier.
La presente temporada del Everton de Inglaterra no sólamente está lejos de ser como en un principio se planeó por la entidad británica. El máximo rival del Liverpool de Inglaterra gastó en el último mercado de fichajes casi 160 millones de euros, convirtiéndose en el séptimo equipo que más invirtió en el pasado régimen de transferencias, pero el único de ellos que no se encuentra en la parte alta de sus respectivas clasificaciones. Solo gastaron más que ellos el Manchester City, el PSG, El Chelsea, el renovado Milán, el Barcelona y el Manchester United.
Precisamente los "reds" fueron el equipo que mayor inyección económica le dio a los comandados por el holandés Koeman. El United desembolsó 85 millones de euros para llevarse a la que era su máxima estrella, el belga Romeu Lukaku, que en su última temporada como "blue" logró marcar un total de 25 goles que le hubieran dado el título de máximo goleador de la Liga Premier, de no haber sido porque en el último partido de la Liga, el internacional inglés Harry Kane anotó 4 goles contra el Leicester City. A pesar de quedar segundo en la tabla de goleo, el equipo terminó séptimo, fruto de 61 puntos, lo cual le daba acceso a la fase previa de la Europa League en la que tras eliminar al Hajduk Split de Croacia, por un marcador global de 3-1, se lograban meter en la fase de grupos del torneo.
Primero la portería. El cuadro azul fichó al guardameta inglés Jordan Pickford, por el que se pagó al Sunderland 28,50 millones de euros; para mejorar en defensa, la entidad dejaría en las arcas del Burnley 28,50 millones a cambio del central inglés Michael Keane. en la pradera derecha, Cuco Martina llegó procedente del Southampton, por 2 millones.
La parte más difícil de suplir sería la delantera. Para suplir los goles de Lukaku, el equipo fichó por seis millones al español Sandro Ramírez, procedente del Málaga y al holandés Davy Clesson que llegaba a la isla británica por 27 millones, tras una excelente temporada con el Ajax de Amsterdam en la que consiguió un total de 20 goles y 12 asistencias en 50 juegos. Junto con el holandés, llegó también el croata Nikola Vlasic, por 10,80 millones procedente del Hajduk Split de su país.
Pero el Everton quería más, así que decidió fichar a una figura consolidada en la Premier. El islandés Gylfi Sigurdsson llegó a Goodison Park procedente del Swansea por una suma total de 49,40 millones de euros convirtiéndose así en el fichaje más caro de la historia del club.
Aún con estos fichajes, al equipo le faltaba gol tras la salida de su máximo referente. El cuadro azul apostó por el regreso del hijo pródigo. Wayne Rooney, el niño malo de la casa volvía a Goodyson Park, luego de 13 temporadas en el Manchester United con el objetivo de cumplir sus últimos años como futbolista en el equipo que lo vio nacer.
El máximo goleador de la historia del Manchester United y la Selección inglesa llegó gratis, pero con gran cartel. Todo eso hacía pensar que el equipo, comandado por Ronald Koeman, sería , si no uno de los protagonistas en la Liga, sí un equipo que por lo menos le pudiera complicar las cosas a los punteros.
A pesar de la gran inversión, el equipo no solo no ha logrado rendir como en un principio se planeó. Sin embargo, las dos primeras jornadas hacían soñar a los hinchas blues. Una victoria contra el Stoke en la jornada 1 y un empate contra el City, en ambos casos con goles de Rooney, hacía pensar que el equipo se iba a tomar las cosas en serio.
Los problemas llegaron a partir de la jornada 3. Los dirigidos por Koeman hilaron tres descalabros consecutivos. Primero contra el Chelsea de Conte, después contra el Tottenham en casa y finalmente en Old Trafford contra el United de Mourinho. El regreso del niño pródigo al teatro de los sueños, tan esperaba por ambos equipos, resultó catastrófica para el Everton, que no pudo hacer nada para evitar la goleada, con gol de Lukaku incluido, para apuntalar.
En la jornada 6 contra el Bournemouth regresaron a la victoria y en la última jornada no pudieron en casa contra el Burnley, lo cual ha derivado en críticas no solo a la plantilla sino también hacia su entrenador. Koeman ha sido duramente criticado no solo por sus resultados en Liga , sino por sus resultados en la Europa League. En el torneo continental, el equipo no ha conseguido ganar y se coloca en el último lugar del grupo E. Los de Liverpool perdieron 3-0 en Italia contra el Atalanta y empataron a dos goles con el modesto Apollon chipriota.
A raíz de la crisis de resultados, las críticas no se han dejado esperar. Siete puntos en siete partidos en la Premier colocan al equipo en el lugar 16 y a tan solo dos puntos del descenso. A pesar de esto, el accionista mayoritario del equipo, Farhad Moshiri, ha declarado públicamente su apoyo al proyecto del holandés, con el que espera mejorar en los próximos partidos.
Por su parte, Koeman ha declarado al diario holandés De Telegraaf que no piensa huir de las críticas y se comprometió a conseguir que el equipo escale posiciones próximamente. "Estoy bastante tranquilo con eso, ya estamos trabajando para conseguir resultados de manera inmediata", dijo.
Sobre las críticas hacia los recientes fichajes, como el holandés Davy Klaasen, que no ha podido marcar aún en la Premier, el estratega justificó al jugador diciendo que no duda de sus cualidades y espera su pronta adaptación.
Las siguientes semanas serán claves para el Everton y sus aspiraciones no solo a nivel doméstico , sino también a nivel europeo. Primero visita Brighton en Liga, después recibe al Lyon en casa por la Europa League y finalmente tendrá que meterse en el Emirates Stadium para jugar contra el Arsenal. Un mes que puede definir el rumbo definitivo de la temporada y que pondrá en evidencia si la inversión y el proyecto tienen algún rumbo, o no.