Antonio Pintus tiene mucha culpa del éxito del Real Madrid
Zidane trajo al preparador físico que conoció en la Juventus. Sólo con un contrato indefino el Real Madrid pudo quitárselo al Lyon.
Cuando Zidane fue nombrado entrenador del primer equipo en enero del 2016 encontró a los jugadores en un estado físico poco acorde con la exigencia de la alta competición. Se había trabajado mal antes de su llegada y el primer objetivo del técnico francés fue aprovechar que el Madrid ya no jugaba la Copa del Rey, y que sólo había un partido por semana, para diseñar una mini pretemporada. Zizou estaba obsesionado con mejorar la forma de la plantilla y reintrodujo en los entrenamientos las clásicas vueltas al campo antes de tocar la pelota. Incluso, y recordamos estas bonitas imágenes, era el propio míster el que se ponía al frente del pelotón de futbolistas. Hace un año, cuando empezó a planificar la temporada 2016/2017, el galo pidió a los dirigentes del club la contratación de alguien que considera como el mejor en esta materia: Antonio Pintus. Zidane le conoció cuando todavía jugaba en la Juventus. En esta época el italiano era adjunto al preparador físico y al francés le encantó su forma de trabajar y de tratar a los futbolistas. El problema del año pasado es que Pintus acababa de firmar un contrato con el Lyon. Pero, para que viniera al Madrid sin que el club francés pudiera oponerse, los merengues le ofrecieron un contrato de duración indefinida. La ley francesa es muy clara sobre este tema y Pintus fue automáticamente liberado de su compromiso. Cuando llegó a la capital de España, Zidane planificó todo con él. La idea era realizar una pretemporada muy exigente y volver a trabajar intensamente cada vez que había un hueco en el calendario. Como fue el caso al volver de las Navidades.
Al principio no fue fácil porque Pintus apuesta mucho por el ejercicio físico de base con muchas carreras de diferentes tipos y miembros de la plantilla como Marcelo, por ejemplo, tuvieron la sensación de aburrirse. Pero como el italiano tiene también un don para hablar con los jugadores y convencerles de la importancia de sus métodos, consiguió hacerles disfrutar y llevarles a su terreno. Porque, también, sabe poner una ‘zanahoria’ al final de ciertos ejercicios, como por ejemplo un remate a puerta. Y ahora todos bendicen el Método Pintus.