Como se esperaba, el Barça-Alavés no fue un partido más. En lo simbólico, porque clausuró oficialmente el mítico Vicente Calderón; en lo trascendente, porque desveló de una tacada el campeón de Copa, el rival del Real Madrid en la Supercopa de España y el dueño de la última plaza de Europa League.
Al ganar los de Luis Enrique, serán ellos, salvo sorpresa ya con Valverde, quienes se enfrenten al Madrid por la Supercopa de España en agosto, con fechas aún por decidir: primero en el Camp Nou, posiblemente el 12 o el 13, y luego en el Bernabéu, el 15 o el 16, siempre antes del 18, fecha del inicio liguero. Este Clásico a doble partido tendrá de aperitivo el bolo veraniego entre ambos el 29 de julio, con Miami como excepcional escenario.
No sólo el Barça celebró el resultado del Calderón: al Athletic, sin opciones de volver a jugar la Europa League tras acabar séptimo en LaLiga,sólo le quedaba encomendarse a Messi y compañía para viajar por Europa la próxima temporada. Pocos socios mejores podrían haber encontrado para colarse en la previa los de Ziganda, que se han hecho con el puesto europeo de rebote, aprovechando que el Barça, al que le correspondería por levantar la Copa, lo deja vacante por disputar Champions. Y la Real, de paso, aunque no sea por su rival vecino, también se alegra: jugará dos rondas menos en la segunda competición europea en importancia.
