SPORTING 0 - DEPORTIVO 1
El Depor hunde más al Sporting
Un gol de Mosquera le dio los tres puntos al conjunto gallego. Cuéllar detuvo antes un penalti a Çolak. El Sporting buscó el empate hasta el final.
Pepe Mel ocupó ayer el banquillo que hasta la llegada de Rubi era el local, el que ocupó siempre el entrenador del Sporting. Su nombre estuvo sobre la mesa como posible sustituto de Abelardo. Pero la dirección deportiva rojiblanca eligió a Rubi. El Deportivo fue quien apostó por el técnico madrileño y, en solo dos jornadas, el equipo coruñés ha comenzado a respirar cuando corría riesgo de asfixia.
El Deportivo, que no había ganado hasta ayer un partido fuera de casa --y tampoco había ganado en lo que va de año--, ha logrado cuatro puntos de seis y tres de ellos son los que arrancó de El Molinón. Mel ha metido al conjunto gijonés en una situación agónica. El Sporting volvió a convertirse en el equipo vulgar, previsible y escaso. Los partidos ante el Atlético y el Celta aparecen hoy como un espejismo.
Habrá quien apunte a Mateu Lahoz, porque se reclamaron dos penaltis en caídas de Traoré en el área visitante, pero el gafe para el Sporting comenzó con la lesión de Moi Gómez. Iban diez minutos de juego, los únicos potables para el equipo en el partido de ayer.
En ese inicio, el equipo de Rubi llevó la iniciativa y Sergio desaprovechó una gran ocasión tras una gran jugada de Canella. En el resto, al Deportivo le bastó con controlar los principales resortes de los rojiblancos (Vesga, Traoré y Burgui) para llevarse el partido. Y cuando no pudo parar a los locales, apareció Germán Lux, que tuvo dos intervenciones muy brillantes, una a disparo de Burgui en la primera parte y, sobre todo, en una mano prodigiosa que sacó en un remate de Traoré a bocajarro en la segunda mitad.
Los coruñeses se fueron al descanso con ventaja, al aprovecharse Mosquera del enésimo error defensivo local, esta vez en un córner. Pero pudo llevar un resultado más cómodo. Cuéllar lo evitó al parar un penalti a Emre Colak.
Rubi tiró de toda su artillería en una maniobra desesperada. Con Carmona como lateral derecho, y Castro, Traoré, Cop y Burgui en ataque, el Sporting fue incapaz de generar ocasiones ante Lux. No hubo tampoco el empuje de los últimos partidos en casa. Fue un dominio territorial de los locales, pero sin sensación alguna de peligro.
Mateu Lahoz pitó el final y los 1.300 deportistas en las gradas explotaron de júbilo. La decepción y el miedo al descenso se quedaron en Gijón. El Sporting no acaba de arrancar.
Sigue el partido aplazado de la Jornada 21 de LaLiga Santander entre Deportivo-Betis.