Mendizorroza, el 'monte afilado': otra amenaza para el Celta
El estadio vitoriano, uno de los más pequeños de Primera, será el jugador número 12 de esta semifinal de Copa del Rey entre el Alavés y el Celta.
Mendizorroza dictará sentencia en la semifinal de Copa del Rey que disputarán Alavés y Celta con una eliminatoria abierta tras el 0-0 de la ida en Balaídos. El estadio, inaugurado en 1924 y con capacidad para 19.840 espectadores, dará calor a su equipo en el camino al sueño copero. En la ida, el duelo estuvo igualado en la primera parte pero, en el segunda mitad del partido el cuadro vitoriano sufrió mientras el Celta se estampaba contra la madera. Ahora, los de Pellegrino juegan con el factor campo a favor. El templo albiazul es el cuarto estadio más pequeño de Primera, lo que favorece en la animación de la afición local.
Mendizorroza se prepara para una noche que puede ser mágica, una cita histórica. El Glorioso buscará volver a ser grande. Es la quinta vez en su historia que el conjunto alavesista busca meterse en una final de la Copa del Rey, la primera que lo hace desde la Primera División. En los últimos 20 años, los aficionados alavesistas han vivido una semifinal copera en dos ocasiones más. La última fue en la temporada 2003-2004 cuando de la mano de Pepe Mel y estando en Segunda se metieron en la penúltima ronda de la Copa tras eliminar al Racing, Valladolid y Celta. En semifinales fue superado por el Zaragoza, que se acabó proclamando campeón. Menos reciente fue la semifinal de 1997-1998 en la que fue eliminado por el Mallorca, tras noquear en rondas anteriores al Aurrera, Oviedo, Compostela, Real Madrid y Deportivo.
El histórico campo es el tercer estadio más antiguo de LaLiga, siendo superado por El Molinón y Mestalla. Su nombre proviene del euskera ‘Mendizorrotza’ y significa ‘monte afilado’ o ‘monte en pico’. Sobre su césped se ha jugado desde competiciones europeas hasta partidos de Tercera División. En la noche de este miércoles se escribirá otra hoja más en la historia de este equipo vitoriano que tras volver en esta temporada a la máxima división española está alcanzando los objetivos de la permanencia con sobresaliente después de haberle plantado cara a los grandes: empató dos veces ante el Atlético y ganó en la primera vuelta al Barça en el Camp Nou. En mitad de tabla y tras haber alcanzado la semifinal de la Copa del Rey, las cosas pintan muy bien para terminar firmando una buena temporada en su vuelta a Primera División.
Las fechas más recordadas en Mendizorroza
Algunos de los éxitos del Alavés han llegado jugando como local. La última jornada más feliz vivida por el Glorioso en Mendizorroza fue el pasado 29 de mayo ante el Numancia cuando con goles de Manu y Raúl García los albiazules firmaban su ascenso a Primera División. No ha sido la única fiesta alavesista de la última década en el Paseo de Cervantes. El 1 de junio de 2013, Mendizorroza vivió una noche llena de tensión con el ascenso a Segunda en juego ante el Real Jaén después de cuatro años en el pozo de Segunda B. El cuadro alavesista se impuso a los lagartos con un gol de penalti de Borja Viguera que resolvía la eliminatoria para el Alavés después del 1-1 de la ida en el estadio de La Victoria y Mendizorroza volvió a rugir como nunca.
No son las únicas fechas grabadas en la memoria vitoriana: el ascenso a Primera en 1998, la permanencia en Primera en la 1998-1999, los partidos de UEFA entre los que destaca el encuentro de semifinales entre el Alavés y el Kaiserslautern el 5 de abril de 2001 en el que el Glorioso se impuso como anfitrión por 5-1 sentenciando su pase a la final europea. El alavesismo tendrá ante sí este miércoles otra cita en la que no fallar y volverá a ser el jugador número 12.
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