SIN RESPETO NO HAY JUEGO
"Es hora de expulsar a violentos y xenófobos del fútbol"
Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo PRISA, Florentino Pérez y Josep María Bartomeu, entre otras personalidades, participaron en la campaña 'Sin respeto no hay fútbol'.
Barcelona-Real Sociedad en directo
Real Madrid, Barcelona y Juventus son duros rivales, pero en esta ocasión son aliados. La ocasión lo merece. La lucha contra la intolerancia los ha unido en la campaña 'Sin respeto no hay juego', que llevará a cabo la Cadena SER hasta el final de LaLiga. Los presidentes Florentino Pérez (Real Madrid), Josep Maria Bartomeu (Barcelona), Andrea Agnelli (Juventus), junto a Juan Luis Cebrián, presidente de PRISA, y Nada Al-Nashif, subdirectora de Ciencias Sociales de la UNESCO, presentaron la iniciativa en Madrid. A continuación se celebró una mesa redonda con el secretario de Estado para el Deporte José Ramón Lete, el exseleccionador Vicente de Bosque, el presidente de AFE Luis Rubiales, la directora del Atlético Feminas Lola Romero, Michael Robinson y Marcos Senna. Un cartel de lujo con la misma idea: "Los violentos y los xenófobos no tienen cabida en el fútbol. Es un tema de educación y es de todos".
Juan Luis Cebrián abrió el acto poniendo en valor el acuerdo PRISA-UNESCO y, paralelamente, la fuerza del fútbol como herramienta para llegar a la sociedad: "El deporte es la actividad global más global. Y merece la pena ayudar en esta causa". El presidente de PRISA citó a Bob Marley sobre la necesidad de fijarnos y juzgar menos por el color de la piel y concretó la iniciativa de la campaña: "Queremos agitar la conciencia pública, sobre todo a los más jóvenes".
El presidente del Real Madrid, en su intervención, recordó que el Real Madrid echó a los violentos de su estadio pero hizo hincapié en que no por ello la lucha ha terminado ni es, desde luego sencilla. "La violencia avergüenza al fútbol. Desde el Real Madrid aplicamos tolerancia cero con los que insultan o van al estadio a tirar algún objeto. Este es un momento importantísimo en la historia del fútbol, nunca fue tan fuerte y poderoso este deporte y es momento de utilizar esa fuerza para expulsar a los intolerantes y a los racistas. Se lo debemos al mundo y al propio fútbol", aseguró. También recordó que "hay que ser críticos con la lentitud con la que en ocasiones se aplican las leyes" y agradeció "a las fuerzas de seguridad del Estado el apoyo que han recibido en esta misión".
Josep María Bartomeu manifestó la importancia de que todos luchemos juntos para conseguir el objetivo de tener un deporte y un mundo más tolerante y sin racismo. "En nuestro club tenemos a Thuram, que desde que se retiró tiene una fundación en la que educa a los jóvenes cómo debemos comportarnos. Él siempre dice que uno no nace racista, sino que se hace. Desde 2003 en el Barça se ha erradicado la violencia, pero vamos más allá y nos planteamos que debemos seguir haciendo", dijo el máximo mandatario culé. Además enunció tres factores que consideran claves y que se siguen desde la Fundación FC Barcelona: "reconocer que tenemos un problema, la toma de conciencia y a partir de ahí, la educación. Segundo, promover los valores que queremos inculcar y por último, ser determinantes, tolerancia cero".
Andrea Agnelli por su parte informó de los muchos proyectos que ha puesto en marcha la Juventus para ayudar a niños de todo el mundo (como la reintegración de los 'niños soldado' en Mali) y habló de la necesidad de que los clubes 'top' europeos colaboren en la integración y en la lucha contra el racismo.
La mesa redonda celebrada a continuación arrojó nuevas ideas sobre comó afrontar el problema de la intolerancia y la violencia en el fútbol. No obstante, José Ramón Lete lanzó un mensaje de optimismo: "Es una tarea de todos. El deporte es incompatible con la violencia y la intolerancia. Pero los datos, las cifras, invitan a la esperanza. En la Comisión Antiviolencia los casos de racismo no llegan al 1%". El secretario de Estado insistió en que es un tema capital: "Endurecer las leyes es un elemento. El deporte debe ser un referente ético. La respuesta debe ser unánime, contundente e inequívoca. Tolerancia cero. El violento y el intolerante sobran. Hay que insistir en la prevención".
Todos insistieron en la relevancia de la educación. Michael Robinson, que jugó en Inglaterra y en España, conoció casos de racismo de primera mano: "Conocí casos de jugadores abucheados por su afición. Y eran igual de ingleses o más. Es una cuestión de conocimientos". Del Bosque añadió que se debe trabajar con los niños en los colegios, en el deporte y desde las propias familias y Senna reconoció que él no sufrió el racismo, pero sí ha oído insultos de todo tipo en los estadios. "Ante según qué ruido, prefiero el silencio", resumió Robinson.
Lola Romero analizó, desde su experiencia, la evolución del fútbol femenino en España en los últimos 15 años: "Entonces nos decían que estábamos locos por hacer equipos de niñas. Ahora ganan ligas. Hay que normalizar, la sociedad lo pide". Y Rubiales habló del trabajo de AFE con los niños, juntando en torno a un balón a chicos de diferentes estatus: "En los vestuarios no se ve a un blanco o a un negro. Se ve un delantero, un zurdo...".