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LIGA IBERDROLA

Las gemelas del Espanyol golpean cuatro veces

Las Del Estal y las Garrote comparten equipo y anécdotas. Cambiaban posiciones o la autoría de sus goles sin que el árbitro se percatara.

Eli y Sara del Estal, junto a Nuria y Pilar Garrote, posan en Sant Adrià.
FERNANDO ZUERASDIARIO AS

Se afirma con asiduidad que el Espanyol es un club familiar. Y ellas lo demuestran al pie de la letra, y a lo grande, pues son hermanas y gemelas. Y no una pareja, sino dos. Es decir, cuatro jugadoras. Se trata de Eli y Sara del Estal, y de Nuria y Pilar Garrote. Un caso singular en el fútbol.

Se arranca Eli, quien explica que lo del fútbol es relativamente nuevo para ellas: “A nuestro padre sí le gustaba, pero nunca habíamos jugado. Hasta que fuimos a ver un Reocín-Barça, y nos encantó”. A lo que Sara tercia: “Pensamos que igual valíamos para esto. Y acertamos”. De eso hace sólo cuatro años. Aunque no fue sencillo.

Ambas venían del atletismo a alto nivel, y Eli (llegó a ser subcampeona de España júnior en 400 metros vallas) quiso seguir compaginándolo dos años más: “Acabé mal porque ponía mi cuerpo al límite. Iba a la universidad, entrenaba al atletismo y luego al fútbol, cinco horas de deporte al día. Así que acabé perdiendo el conocimiento en algunas carreras”, desvela.

Mucho más tiempo familiarizadas con el balón llevan las Garrote. Explica Nuria que empezaron “con cuatro años en el equipo de su barrio, Lloreda”. Y de ahí al Barcelona de fútbol sala, al Sant Gabriel y de nuevo al Barça, pero de fútbol grande, cuando tenían 12 años. Siempre juntas. Y con anécdotas sólo aptas para gemelas.

“En un torneo, el entrenador me puso por error a mí de defensa y a Nuria de centrocampista, cuando jugábamos al revés”, expone Pilar. Y sigue Nuria: “Como a mí entonces no me gustaba jugar en la zaga, nos lo callamos”.

También las Del Estal hicieron valer su similitud física. Cuenta Eli que “cuando jugábamos en el Racing, las dos actuábamos en punta, así que creamos un pique sobre quién metería más goles”. “Los árbitros lo llevaban bastante mal, nos confundían y daban goles a quien no era, ¡ni con el dorsal se aclaraban!”, remacha Sara, una de las cuatro gemelas del Espanyol, que pronto podrían ser seis, pues en el filial militan las Ortiz: Sandra y Mireia.

Munitis marcó a las cántabras

El fútbol las atrajo en 2012 y, naturales de Santander como son, las hermanas Del Estal fueron a probar con el Reocín, cuyo mando acababa de tomar Pedro Munitis. Y las eligió. “Nos inculcó los valores del fútbol”, recuerda Eli. “Buena parte de culpa de que ahora estemos aquí es suya”, culmina Sara.