Osasuna remontó en casa y pasa a octavos de final
El equipo navarro dio la vuelta al 1-0 en Granada. Berenguer marcó en el minuto 46 y Jaime Romero completó la remontada en la segunda mitad.
El Sadar citó a los dos equipos que andan en el corredor de la muerte en Primera, los que cierran la tabla. Su drama no se trasladó a la Copa. Aquí, en la vuelta, se mostraron desinhibidos, alegres, con ocasiones de gol por todas partes. Y Osasuna fue el más acertado. Tras siete derrotas consecutivas de los navarros, seis bajo su mandato, Caparrós ya tiene su primer triunfo. El feudo pamplonica, otrora inexpugnable, por fin sonrió este año. Un leve soplo de autoestima. La guerra está en LaLiga y un partido así puede molestar a los que pelean por sobrevivir. Desde luego el Granada no puso tanto ímpetu. O no supo. Osasuna sí metió más fútbol en el asador. Fue un partido accidentado, con tres lesionados (Mérida, De las Cuevas, que aguantó aunque se dañó el hombro tras caerle Gabriel Silva encima, y Pereira) y un penalti fallado, por parte de Sergio León.
Osasuna entró bien al partido, mandando en los diez primeros minutos, aunque después perdió el control del juego al hacerse el cuadro nazarí con el centro del campo, dentro de una primera parte abierta en la que todos eran dicharacheros de cara a la meta contraria.
Penalti. A los 24 minutos llegó una jugada clave, en un penalti de Lombán a Sergio León, pero que el delantero cordobés no transformó en gol, ya que su disparo fue al centro y Oier sacó el balón con el pie. Era un festival: Atzili remató de cabeza al larguero y Ezequiel Ponce no pudo definir en el rechace posterior dentro del área pequeña ante una gran intervención de Mario.
Los rojillos equilibraron la eliminatoria en el tiempo añadido de la primera parte. Oier sacó un mano a mano ante Berenguer, pero falló en la acción siguiente ante el extremo, tras un centro de De las Cuevas, volvió a disparar y al portero guipuzcoano se le coló el balón por debajo del cuerpo. Jaime Romero, que entró de inicio en el segundo periodo por la lesión de De las Cuevas, revolucionó el cotarro. Desniveló la eliminatoria con un gol de bandera en el arranque. Lanzó un zapatazo imparable desde fuera del área. El Granada encerró al rival en su campo pero fue incapaz de creer en sus posibilidades.