El Córdoba somete al Málaga y la afición estalla contra Juande
El Córdoba eliminó al Málaga. Gran partido de Sandro estropeado por una defensa discotequera. Piovaccari, por dos veces y Pedro Ríos, de penalti, fusilaron al infortunado Boyko.
El Córdoba de Luis Carrión se clasificó para los octavos de final de la Copa del Rey tras someter a un Málaga cuya defensa fue el barco del amor. La salvajada de partido que hizo Sandro Ramírez (dos goles y dos disparos a la madera) y la brillantez de Ontiveros fueron nublados por una zaga horrible e impropia de un equipo de Primera División. El público terminó estallando contra Juande Ramos y Denys Boyko con la frustración e impotencia por ser incapaz de doblegar a un adversario que supo nadar, guardar la ropa y aprovechar la elegancia social del regalo de un anfitrión desequilibrado y sin plan. El Málaga no es un equipo reconocible ni trabajado.
El Málaga empezó bastante bien. Empujando y con ganas de cambiar la bochornosa imagen ofrecida el pasado sábado en el Sánchez Pizjuán. Juande Ramos, ya silbado por la parroquia local, apostó por una alineación más intensa y ofensiva. El Córdoba cambió a ocho de los jugadores que ganaron en Oviedo (1-2). Solo repitieron Caro, Bijimine y Edu Ramos. Los malagueños encontraron petróleo a los 18 minutos. Gran pase en profundidad de Ontiveros a Sandro. El canario superó a Rodas y, en posición algo escorada superó al ghanés Razak anotando el 1-0. Una jugada desgraciada para los cordobesistas porque se lesionó Rodas, que fue sustituido por Luso.
Los malagueños seguían a un ritmo altísimo y Sandro estrelló una falta lateral en el travesaño. Desde ese mismo lugar había marcado en el Vicente Calderón. Pero. Al Málaga le falló lo de siempre, la organización defensiva. A los 27 minutos un contragolpe descomunal iniciada por Pedro Ríos. Guille Donoso asiste a Piovaccari y el italiano, solo, fusila a Boyko. Alegría de los cerca de 300 aficionados blanquiverdes y desolación de los malaguistas a quienes se les empinaba la eliminatoria. Pitos para Boyko en el principio de su calvario. Un cañonazo raso de Sandro, imposible de parar para Razak, ponía el 2-1 a los 39 minutos. Pero en la jugada siguiente, de nuevo Piovaccari marcaba el 2-2 tras otro error terrible de su desordenada y funesta defensa y con peor salida de Boyko, de nuevo señalado por una afición que ni comparte ni comprende el banquillazo a Kameni, ausente por una ‘oportuna gripe’.
El Córdoba, muy bien situado, controlaba los arreones de un colectivo con más coraje que dirección. Decididamente, la hinchada malaguista la tomó con el infortunado Boyko. A los 57 minutos Juande sacó a Jony, otro de sus defenestrados, por el venezolano Mikel para jugar… de ¡lateral izquierdo! Sandro Ramírez estrelló su segundo trallazo en el poste. Su partido, colosal, solo era secundado por Javi Ontiveros. La retaguardia del Málaga seguía siendo una carrusel de calamidades. Penalti infantil de Diego Llorente, de nuevo fatal, sobre Pedro Ríos. El jerezano marcó, el árbitro lo mandó repetir porque Piovaccari pisó el área- Sin problemas. Ríos ni se despeinó. Total, enfrente estaba Boyko…. La afición estalló. “¡Juande vete ya!” “¡Boyko qué malo eres!” y “¡Kameni, Kameni”. No fueron cuatro gatos. Fue casi todo el estadio. Así están las cosas en La Rosaleda.
Con el 2-3 el Córdoba estaba en su salsa con un recital del eterno Pedro Ríos. Los seguidores del Córdoba se lo pasaron en grande mientras que los malaguistas se fueron frustrados y, lo que es peor, frustrados. De poco sirvió el gol de churro, anotado por Chory. Pedro Ríos hizo el 3-4 a placer tras recibir un regalo de Moha que se fue, como no podía ser de otra forma. De Diego Llorente y de Jony, el nuevo lateral izquierdo que se inventó el no menos desafortunado Juande Ramos.