366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 28 DE NOVIEMBRE
Vinnie Jones lanza un vídeo escandaloso (1992)
Vinnie Jones fue otra mala bestia de las que periódicamente da el fútbol inglés, a la altura de los ya mencionados anteriormente Nobby Stiles o Roy Keane. Su celebridad saltó de la isla al resto del mundo cuando circuló por las redacciones de todos los periódicos del planeta una foto en la que retorcía los testículos de un jovencísimo Paul Gascoigne, que gritaba con la cara desfigurada por el dolor. Vinnie Jones era el jefe de lo que se llamó el «Crazy Gang», el Wimbledon, un equipo que, a desprecio de las resonancias nobles que esta palabra sugiere desde el mundo del tenis, jugó al fútbol como una banda de forajidos que alguna vez saludó a los públicos adversarios poniéndose todos en fila y haciéndole «un calvo» a la tribuna. Jones, galés, era el alma y el capitán de ese equipo, cuyo estilo de juego era lo más horrible que pueda concebirse. Casi todos sus goles llegaban en saques de banda largos al área contraria, que en esos casos tomaban por asalto. Su modelo de juego podría definirse según aquel viejo dicho: «Patada a todo lo que se mueva y el balón que no toque el suelo». Como haría Keane años más tarde, Vinnie Jones se pasó de listo y en busca de una mayor notoriedad publicó no un libro, pero sí un vídeo en el que contaba sus malas artes: «Cuando derribo a un rival siempre me ofrezco a levantarlo. Le pongo las manos debajo de las axilas y le estiro con fuerza de los pelos», contaba. O también: «Cuando algún contrario se me acerca demasiado siempre le agarro por los testículos y le digo con voz suave: “¿Te importaría retirarte un poco?”». Igualmente confesaba que le interesaban las relaciones matrimoniales de sus adversarios: «Si leo en el diario que la mujer de un rival se ha largado con otro, se lo recuerdo oportunamente durante el partido».
Era, literalmente, un vídeo didáctico para provecho de quienes quisieran ser maleantes en el fútbol. Proporcionaba en ese sentido hasta alguna coartada moral, cuando se comparaba con Lineker, que nunca había sido expulsado. Por entonces, Vinnie Jones lo había sido ya seis veces en cinco años; luego lo sería seis más, hasta el final de su carrera. «Soy lo contrario de Gary Lineker, porque Gary Lineker nunca ha sido sancionado. Tu pasión, tu insistencia y tu entusiasmo deben conducirte a zonas en las que vas a causar algunos problemas. Es la misma historia de siempre. ¿Querría tener a Gary Lineker a su lado en las trincheras o querría tener a Vinnie Jones? Porque al acabar el día, usted sabe que Vinnie Jones saldrá de la trinchera y correrá hacia el enemigo, mientras que creo que Gary Lineker se sentaría y diría: “Usted primero”.» Vinnie Jones, que había sido albañil en su primera juventud, completó su carrera en el Sheffield y en el Leeds, y en los últimos años la compartió con actividades como actor de cine, fruto de su notoriedad, y como figura de la televisión. Sky dio el golpe al invitarle un año a ser el rostro que felicitaba las navidades, lo que no dejaba de ser una broma macabra. Jones se sintió desde el primer día feliz en el cine: «En doce años en el fútbol me han tratado siempre como un delincuente, llevo doce días en el cine y todo el mundo es amable conmigo», declaró cuando estaba empezando el rodaje de Gone in 60 seconds, con Nicolas Cage.