En una final no hay medias tintas. O lloras, o ríes. Héroe o villano. Cielo o infierno. Pues así se presenta el panorama esta tarde en Balaídos (sigue el partido en directo en AS.com). El Celta se lo juega al todo o nada ante el Standard. Una victoria le mete en el bombo de dieciseisavos de final de Europa League. Una derrota le condena a sintonizar beIN desde el sofá. Tan asimiliado está el cara o cruz, que nadie ha valorado la posibilidad de un empate que, en función del goalaverage, dejaría todo abierto para la última jornada. Ni siquiera se manejan los posibles escenarios de una última batalla en Grecia según lo que suceda en el otro partido del grupo. Todo está focalizado en los noventa minutos de Balaídos. Es la gran final y lo demás no existe.
Con todo. Berizzo no hará esta vez rotaciones, tal y como lleva haciendo en lo que va de competición continental. Hubiera sido una extravagancia casi delictiva. Después de jugar con fuego durante toda la fase, ahora no se le perdonaría un nuevo baile por el alambre. Por eso, el Toto sacará toda su artillería. Con Iago Aspas de comandante. El moañés vuelve al ruedo tras su exhibición en Wembley (no jugó en Ipurua por sanción). Y lo hace con la carga de motivación a tope. Si esto fuera el PES, Aspas tendría la flecha roja hacia arriba. Es uno de esos días que él soñó de pequeño. Y ya se sabe que cuando Iago sueña, los deseos se cumplen. Ante la baja de Orellana (no superó la última prueba), el reciente internacional español se desplazará a la derecha, mientras que Guidetti será la referencia en ataque.
Los belgas, por su parte, también utilizarán a su once de gala, a excepción de Dossevi. El atacante francés, goleador en la ida, no jugará en Vigo.