Llega el momento de Nacho
La lesión de Pepe, que estará fuera entre cuatro y seis semanas, unida a la de Ramos, que apura para llegar al derbi, abren al canterano las puertas del once.
De un tiempo a esta parte, la carrera de Nacho viene meneándose a un lado y a otro de la delgada línea que separa al canterano del futbolista hecho y derecho. Él, que lo sabe y le incomoda (dijo tras el triunfo ante la Cultural que no quería la etiqueta de meritorio), tiene ante sí la oportunidad que tanto esperaba, la que le ofrece el escenario que presenta la defensa blanca, la que le da uno de los supuestos por los que se quedó: si había lesiones, estaría ahí para reivindicarse. Con el esguince de rodilla de Ramos (apura para jugar el derbi del 19 de noviembre) y la lesión muscular de Pepe (estará de baja entre cuatro y seis semanas), ha llegado su hora.
Nacho acumula 314 minutos, todos ellos entre LaLiga (224) y Copa (90). El próximo miércoles se estrenará esta temporada en la Champions y, dadas las circunstancias, nada menos que como titular. Le costó entrar en la 2016-17, pero cuando lo hizo, fue con fuerza: tras dos partidos sin tener minutos, jugó los 90 frente a Osasuna (5-2 en el Bernabéu). Después de dos encuentros en blanco, volvió a jugarlo todo contra Las Palmas (2-2, con incidencia directa en el 0-1) y, una jornada después, tuvo media parte ante el Eibar. Pasados dos encuentros sin rascar bola, regresó a la titularidad en el Reino de León en Copa, apuntándose un golazo con candidatura al Premio Puskas incluida, y salió desde el banquillo para relevar al caído Pepe en Mendizorroza, completando 65 minutos.
Camino de los 27 (los hará el próximo enero), con Ramos lesionado hasta al menos el derbi ante el Atlético, con Pepe en la enfermería como mínimo un mes y con Varane alejándose por momentos de lo que tanto prometía, Nacho tiene para él el momento con la mayor conveniencia posible para lanzarse a por el papel que siempre soñó, el de protagonista de la defensa de su Real Madrid, y desdeñar el que por costumbre se considera suyo, el de secundario incapaz de dar el gran salto. Hay indicios para creer en el primer desenlace y argumentos en su trayectoria para apostar por el segundo. Pero eso poco importa ya: ahora sólo es su momento para demostrar su valía.