¡Polonia deja a Inglaterra sin ir al Mundial! (1973)

El Mundial de 1974 se iba a celebrar en Alemania y, como en todos, se esperaba que las grandes selecciones clásicas acudieran.

También la de los inventores, por supuesto. Inglaterra había faltado a las tres primeras copas del Mundo por decisión propia. Fueron las de antes de la Segunda Guerra Mundial, durante un período en el que los ingleses ni siquiera estuvieron en la FIFA. Se habían salido de ella tras la Primera Guerra Mundial porque exigieron, sin conseguirlo, que se expulsara a los países derrotados del conflicto. Pero desde 1950 Inglaterra había acudido a todos los mundiales y había ganado el de 1966. En 1970 había dado una gran medida, pero cayó en cuartos ante Alemania por la desgraciada falta de Banks en el partido decisivo y por un milagroso gol de Uwe Seeler en cabezazo hacia atrás, que dio paso a una prórroga en la que les remató Torpedo Müller.

Así que Inglaterra era una de las selecciones de prestigio entonces.

Y también lo era su seleccionador, Alf Ramsey, sir Alf Ramsey desde la gran conquista de 1966. Había sido defensa de la selección y en el puesto de seleccionador había revolucionado el fútbol, con una delantera de extremos y delantero centro atrasados y los interiores en punta, acentuando la misma fórmula que en su tiempo había utilizado la Hungría de Puskás y Kocsis. El grupo de clasificación reunió a Inglaterra con Gales y Polonia.

Inglaterra ganó en Gales, pero empató con los galeses en Wembley, en una mala noche, y perdió en Polonia. Pese a todo, la derrota de Polonia en Gales ponía la clasificación en manos de Inglaterra con solo ganar el último partido, la visita de los polacos a Wembley. El partido se jugó entre una enorme expectación, excitada por el hecho de que Brian Clough, célebre mánager inglés de la época, había calificado de payaso a Tomaszewski, el portero polaco, que estaba adquiriendo gran prestigio. El exceso de confianza se notó también en la negativa del comisario de la liga, Alan Hardaker, a posponer la jornada previa al partido. «Es solo un partido, no una guerra. Si perdemos ese partido tampoco será la muerte.»

Inglaterra no lo perdió, pero lo empató. Tomaszewski fue el mejor, encajó un solo gol, y de penalti. Inglaterra se quedó atónita: era la primera vez que no iba al Mundial desde que se había vuelto a afiliar a la FIFA. La cabeza del bueno de Ramsey no tardaría en rodar. A pesar de su Copa del Mundo y de sus 69 victorias por 27 empates y solo 17 derrotas, fue pronto cesado, en parte también porque desde hacía tiempo se criticaba su juego, quizá demasiado visto, y se le acusaba de utilizar tácticas cada vez más defensivas.

Para Inglaterra, fue el final de un período. Para Polonia, lo contrario: en el Mundial de Alemania demostró ser un equipo potentísimo, que acabó tercero, tras ganar a Argentina, Italia, Haití, Suecia, Yugoslavia y Brasil, a esta última ya en el partido por el tercer y cuarto puesto. Solo perdió con la campeona, Alemania, por 1-0, y ese resultado le cerró el paso a la final. Era la Polonia de Lato, Deyna y Szarmack, además de Tomaszewski. Pero para cuando se comprobó el gran nivel de ese equipo ya era tarde para el bueno de Ramsey, al que el presidente de la FA, sir Harold Thompson, tenía ganas desde tiempo atrás y había aprovechado la eliminación para cesarle.