Santillana: “Mi gol al Borussia en el 90’ lo metió el público”
Tras la victoria del miércoles ante el Sporting, Santillana rememora para AS algunas de las grandes remontadas del equipo blanco.
¿Cómo empezó la leyenda de las remontadas?
—Con el Derby County en la 75-76. Perdimos 4-1 allí y en el Bernabéu igualamos ese resultado, nos fuimos a la prórroga y marcamos otro. Entonces cabían 120.000 personas en el Bernabéu y te hacían dejarte el alma. Y jugando mejor o peor le decíamos al equipo rival: “¡Eh, aquí estamos!”. Ahora ocurre algo parecido. La Champions es nuestra competición, y se nota...
—¿Le recuerda este Madrid a aquel suyo en el empuje final?
—Es de agradecer que los jugadores mostraran ante el Sporting una buena actitud hasta el final, que tuvieran intensidad a pesar de que no era una eliminatoria a ida y vuelta, sino la fase de grupos, de menor tensión.
—¿Cuál fue la clave para que remontaran siempre en los años 80?
—Teníamos mucha confianza en el Bernabéu. Cuando perdíamos fuera por mucho, ya nos conjurábamos en la misma ducha. Antes Amancio, Pirri, Velázquez... Luego Juanito, Camacho, Stielike, San José, yo mismo. El coraje y la rabia que teníamos nos hacía reaccionar.
—¿Cómo lo hacían?
—Teníamos muy buen equipo para jugar en casa. Las bandas estaban abiertas con Míchel y Gordillo, que centraban muy bien, gente como Valdano y yo que íbamos bien de cabeza... Para hacer paredes por el centro teníamos al Buitre con Míchel o Martín Vázquez o antes Juanito...
—¿En qué circunstancias dijo Juanito lo de los ‘90 minuti’?
—(Risas). Fue en las semifinales de la UEFA de la 85-86. La del 3-1 y luego el 5-1 en la prórroga. Usted sabe que en San Siro antes había un pasillo enorme del campo a los vestuarios. Por lo menos 50 metros o más. Y para allá que íbamos los dos equipos. Y los italianos iban riéndose. Y Juanito, que tenía mucha casta y tenía el mismo cabreo que todos, se acercó y les dijo: “Espera, espera, que 90 minuti en el Bernabéu son molto longos”. Y lo dijo en un perfecto spanish-italian... La verdad es que, en muchos de esos partidos, tuvimos suerte, porque nos la jugábamos.
—En aquella UEFA de 1985-86 vivieron otra eliminatoria épica ante el Moenchengladbach...
—Para mí fue, sin duda y junto con la del Derby County, la más emocionante. Habíamos perdido en Alemania 5-1 y pudimos ganar 4-0 en casa. El campo estaba a reventar. Y nos faltaba un gol llegando al final. Y en estas que marqué en el último minuto (en el 90’). Imagínese a esas 120.000 personas chillando. Yo aún digo que aquel gol lo metió el público.
—¿Cómo fue la jugada?
—Fue un balón muerto que quedó en el área tras un saque de banda. Un barullo. Y yo fui metiéndola poco a poco. No me pregunte cómo. Ya había marcado yo el de antes, el 3-0. Ese sí fue bonito. De volea.
—¿Y cómo lo celebró?
—¡Una cosa de locos! (Es la imagen que ilustra este texto). Todos se tiraron encima de mí. Ese partido creó mucha afición, contra esos alemanes tan fuertes que nos habían pasado por encima en Moenchengladbach... La preparación psicológica era entonces diferente a la de ahora, que es más profesional, pero veo a este Madrid con un gran gen ganador en Europa.
