El PSV se quedó solo en el castigo a sus hinchas
Sólo el PSV castigó a los hinchas que, en la previa del partido de vuelta de octavos de la última Champions, humilló a varias mendigas.
El Atlético vuelve a verse las caras con el PSV Eindhoven, con el que ya se midió en octavos de la pasada Champions (0-0 global y el Atleti accedió a cuartos por penaltis). En las horas previas a la vuelta tuvo lugar un desagradable incidente que tuvo eco por toda Europa: unos hinchas holandeses humillaron a mujeres que pedían dinero en la Plaza Mayor, lanzando monedas al suelo e incluso quemando un billete ante ellas.
Tal actitud recibió la reprobación de ambos clubes, de la UEFA, de los gobiernos de España y Holanda… Y poco más. Casi seis meses después, el único que tomó medidas fue el PSV, que sancionó a los cinco aficionados relacionados con el club holandés que identificó con prohibiciones de entrar al estadio de entre 1 y 3 años. Un hecho que causa extrañeza en la entidad de Eindhoven, pues en su momento se pusieron a disposición de las fuerzas policiales y judiciales españolas y holandesas. Pero, como cuentan desde el propio club, nadie llamó a su puerta.
Así lo contó Toon Gerbrands, director general del PSV: “Lo que me parece tan increíble como el impacto que causaron las imágenes fue el silencio posterior. Prometimos trabajar con todas las partes. Pero, ¿qué hay ahora? Nada”. En las oficinas del Philips Stadion echaron de menos más actividad por parte de los gobiernos implicados, pues en su momento todas las instituciones opinaron (alcaldía, Comunidad, asociaciones…), pero ninguna fue más allá. La Fiscalía Provincial de Madrid abrió diligencias para investigar los hechos, pero el proceso no ha desembocado, de momento, en nada y el PSV no ha sido requerido en ningún momento. Gerbrands también dio en su momento algunos detalles sobre los hinchas implicados, si bien no se especificaron sus nombres ni se personalizaron las penas impuestas: “Algunos rompieron a llorar conmigo en mi oficina, en aquel momento les pareció un juego pero estaban realmente arrepentidos. Uno perdió su trabajó a raíz del incidente, otro ha tenido problemas de violencia en su familia…”.
