Arranca la liga de Emery y Jesé

Vencedor de las cuatro últimas ediciones de la Ligue 1, el PSG no parece tener digno rival tampoco este año en el campeonato francés. Y por si había dudas sobre la superioridad parisina, en el trofeo de los campeones (la Supercopa francesa) que se disputó el pasado fin de semana, se disiparon. El PSG goleó a Lyon (4-1) y volvió a mostrarse como un conjunto incontestable en Francia. Pero las competiciones nacionales se les quedan pequeñas hace años a los parisinos. Por eso, con la llegada del español Unai Emery al banquillo, el equipo de la capitán francesa quiere, sobre todo, ir a más en Europa e intentar batir su récord de puntos de la temporada pasada en Ligue 1: 96.

El exentrenador del Sevilla podrá contar, además del equipazo del curso pasado, con refuerzos de jugadores de calidad (Areola, Meunier, Krychowiak, Ben Arfa y el exmadridista Jesé) que le darán más soluciones a la hora de confeccionar su once. La única duda reside en saber cómo el equipo reaccionará a largo plazo a la baja de Ibrahimovic. De momento, el técnico español parece optar por dar las llaves de la delantera a Cavani y tendrá como recambio al jugador criado por la Fábrica madrileña para darle descanso.

Tras el club parisino, la batalla por la segunda plaza será enorme entre Mónaco y Lyon. El conjunto del Principado se ha reforzado bien este verano con las llegadas de Glik (Torino), Mendy (Marsella), Sidibé (Lille) además de las vueltas de los cedidos Falcao y Germain. Otro punto a favor del Mónaco es que mantiene el bloque del curso pasado. Una victoria en la previa de la Champions contra el Villarreal facilitaría las cosas al Mónaco, que no tendría que vender algunos de sus pesos pesados, como Fabinho, en la agenda de varios clubes ingleses.

El Lyon, por su parte, vive también un mercado bastante tranquilo. Si los de Lyon vendieron a Umtiti al Barça por 25 millones, jugadores como Lacazette, Fekir o Tolisso (que rechazó ir al Nápoles) siguen en el club. Y las llegadas de Mammana (River) y Nkoulou (Marsella) refuerzan una plantilla ya competitiva. Todo lo contrario que el Marsella. Al borde del precipicio con Míchel el año pasado y en venta desde este verano, el Olympique ha vendido la mayoría de sus estrellas (Mandanda, Batshuayi, Nkoulou, Mendy…) para hacer caja y les sustituyó por apuestas arriesgadas que ofrecen menos garantías como Gomis, Bedimo, Sakai o Machach. Aunque aún puede reforzarse, el Marsella tiene más pinta de luchar por la permanencia que por meterse en Europa en una Ligue 1 que cada campaña parece menos competitiva que las ilustres Liga, Bundesliga, Premier League o Serie A.