Norirlandeses y galeses dieron sus botas y bajaron a su familia

Puede que lo que ocurrió sobre el terreno de juego entre País de Gales e Irlanda del Norte no fuera demasiado emocionante, pero lo que ocurrió al final del encuentro lo compensó con creces demostrando que galeses, y especialmente los irlandeses, salen de esta Eurocopa como aficiones modélicas.

Los galeses, felices por el triunfo entonaron al final del partido su himno nacional y luego ovacionaron a los hijos de sus jugadores que salieron al césped a celebrar con sus papás la clasificación chutando a portería. La afición galesa celebró cada gol de los pequeños como si valiera el pase a la siguiente ronda.Pero lo realmente impresionante fue lo de Irlanda del Norte.

Sus aficionados respetaron la celebración galesa y cuando éstos abandonaron el estadio comenzaron su fiesta cantando el famoso “Will Grigg’s on fire” y animando a sus jugadores. No se movieron de ahí hasta que, 25 minutos después de que acabase el partido, los jugadores volvieron a salir al campo a aplaudir a sus seguidores, a los que les regalaron las botas.