Alegría en la vuelta al trabajo con Rami y José Antonio Reyes
El TAD denegó la cautelar a Kolo, que se pierde la final ante el Barça. Rami se ejercitó ayer sin problemas y apunta a la titularidad.
Tras descansar en la jornada del jueves y recuperarse de los festejos en Basilea, el Sevilla regresó ayer a los entrenamientos en la primera de las únicas dos sesiones que tendrá para preparar la final de la Copa del Rey ante el Barcelona. En sólo dos entrenamientos, el de ayer y el que se celebrará hoy antes de emprender rumbo a la capital, los de Emery deberán cambiar el chip para intentar poner el broche de diamantes a la temporada.
A la 11:30 de la mañana debía dar comienzo el entrenamiento con una sesión de vídeo que finalmente se sustituyó por una charla, pasando los jugadores directamente al gimnasio. De ahí, al césped, donde tras quince minutos abiertos a los medios, Emery se blindó con los suyos. La buena noticia es que Rami completó la sesión de gimnasio e incluso se le pudo ver haciendo series de carrera continua sobre el césped. El francés se retiró en el tramo final del partido ante el Liverpool aquejado de molestias musculares y su concurso mañana resulta imprescindible, más aún tras la sanción de Kolo.
Ésa fue la mala noticia de la jornada. Tras conocerse el jueves que Apelación no reducía la sanción de cuatro partidos a Kolo por su expulsión en San Mamés en la última jornada, ayer fue el TAD el que denegó la suspensión cautelar al jugador francés. Por ello, se perderá la final de la Copa, los dos encuentros de la Supercopa de España y la primera jornada de Liga de la próxima temporada.
Otra de las noticias positivas del día fue que José Antonio Reyes completó su primera sesión de entrenamiento completa desde que tuviera que ser intervenido de urgencia por una apendicitis aguda hace dos semanas. El utrerano, que levantó el trofeo de la Europa League como primer capitán, ni siquiera pudo entrar en la convocatoria de la final, por lo que apura sus opciones para, al menos, poder jugar algunos minutos ante el Barcelona.
El ambiente tanto en la plantilla como en la afición es inmejorable. Con la tranquilidad de haber ganado ya un título y tener asegurada la Champions League la próxima temporada, los de Unai Emery están despojados de presión y con una altísima dosis de confianza para intentar redondear una temporada histórica.