Un Depor salvado, pero convertido en un polvorín
La fractura afecta a vestuario, banquillo y club. Luisinho y Lopo están apartados; Víctor, en la picota; Mosquera critica a compañeros...
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y la de Lopo y Luisinho entrenando al margen de sus compañeros por decisión de Víctor deja bien a las claras cómo llega el Deportivo al partido ante el Real Madrid: convertido en un polvorín.
La fractura en el vestuario es un hecho desde hace tiempo al que sólo le faltaban palabras. Ésas las puso ayer Mosquera, al asegurar que algunos compañeros “no han sido profesionales del todo”. El lío, que empezó en agosto con la pelea entre Luisinho y Arribas, nunca fue resuelto por completo y los malos resultados de la segunda vuelta han provocado que los problemas salgan a flote.
Y eso que la situación era idílica hace sólo cuatro meses. El Depor despedía 2015 en Europa, Víctor era elegido mejor entrenador de Primera y poco después renovaba su contrato por una temporada. Poco a poco comenzó la cuesta abajo. Primero con buenos partidos de los que volaban puntos por falta de concentración. Luego, algún error arbitral grosero. Finalmente, pobre imagen con justo castigo. La bola de nieve fue haciéndose alud y el Depor estuvo 14 partidos sin ganar en Liga, encadenó 19 jornadas consecutivas encajando y sufrió la peor humillación de su historia con un durísimo 0-8 en Riazor ante el Barça,
La desconfianza centró todos los focos en Víctor, señalado casi como único culpable de una división que tiene muchas más aristas. Su elección para sustituir a Víctor Fernández fue decisión directa de Tino, desoyendo las propuestas de la dirección deportiva. La herida estaba ahí, y ha sangrado a borbotones hasta que el Depor logró la salvación matemática en El Madrigal.
El mercado de invierno también dejó huella. Arrancó con ambición intentando la cesión de Lucas Vázquez y terminó con un único fichaje: Pletikosa. La portería era otro pequeño incendio callado más de la lista que terminó por encenderse tras la lesión de Lux.
Toda esta tensión ha tenido reflejo en un equipo que ha temblado en Riazor y que se ha salvado lejos de A Coruña. Las últimas cuatro salidas han sido tres empates (Eibar, Sevilla y Celta) y una victoria (Villarreal). Los últimos tres partidos en casa, tres derrotas: Getafe, Las Palmas y Barça.
Con este panorama, el Depor será el sábado el juez de la Liga. Su juicio interno se aplaza al final de la temporada. Víctor es el principal acusado, pero su defensa tampoco es mala: dos años salvando a un equipo que llevaba dos descensos consecutivos.
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